BARCELONA 84- GALATASARAY 63

A Milán se va por Estambul

El equipo de Pascual arrasa al Galatasaray, que sin Arroyo salió a pista derrotado. Juan Carlos Navarro dio el susto con unas molestias musculares. El domingo, match point.

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Marcador global de los dos partidos del Palau: 172-124. Valoración: 213-112. Diferencias impropias de cuartos de final de Euroliga, números de masacre. Lo ha sido. El Galatasaray le ha durado al Barcelona lo que tardó Carlos Arroyo en torcerse el tobillo al filo del descanso del primer partido. El resto ha sido coser y cantar, un paseo destensado que vale el jaque mate a la plaza de Final Four. Sería la quinta del Barcelona en seis años. Una barbaridad. De hecho, parece inevitable que así sea, incluso con el esperado regreso de Arroyo para el tercer partido del domingo: ¿Puede ganar el Galatasaray tres partidos seguidos al Barça, el hipotético tercero en el Palau? Imposible, no: es deporte. ¿Improbable? Absolutamente.

Sin Arroyo el Galatasaray fue la víctima esperada en el segundo partido. Y se sintió así desde el salto inicial. Un cordero entre lobos, jugó sin fe y sin plan, con ganas de acabar el partido y regresar a Estambul. Así que el choque, que nacía roto, fue un simulacro: 21-8 en el primer cuarto (valoración: 36 a -2) y listo. El Barcelona jugó después con tranquilidad y buena gestión. Se relajó demasiado en el tercer cuarto (46-35) y lo arregló con ocho puntos instantáneos. En cuanto apretaba el acelerador, al equipo turco se le veían las costuras de forma escandalosa. Poca actitud, nada de defensa, muy poca concentración y, para trabajar lo justo en ataque, un festival de triples que sólo entraron con cierta fluidez en el último cuarto: 6/21. Es para lo que da un equipo en el que acapara posesiones Arslan y en el que la melancolía puede a Erceg sin Arroyo activándole con posiciones de tiro óptimas.

El Barcelona hizo su trabajo: quebrar el partido por la vía rápida. Jugó bien mientras necesitó hacerlo. Defendió de maravilla y corrió amparado por la desidia del rival: 10 de sus 27 primeros puntos fueron en transición rápida, 20 en las pintura. Porcentajes altos, buena circulación y muchas asistencias hasta que llegaron en el segundo tiempo los triples sin fallo de Oleson y Abrines (5/5). Huertas, Papanikolau y Tomic subieron revoluciones con respecto al primer partido. Bajaron Pullen y Nachbar. Y Navarro dio el susto al retirarse al poco del inicio con molestias en los isquiotibiales. No parece grave.

El Barcelona viaja a Estambul 2-0: objetivo cumplido. Ha sido más fácil de lo previsto, un historia de mundos diferentes en cuanto se lesionó Arroyo. En realidad está a tres triunfos de ser campeón de Europa. Uno puede llegar el domingo en el primero de los tres match points con los que se va a Turquía. Al menos esta vez se evita la sobredosis de presión que supone la obligación de ganar fuera, algo que ha tenido que hacer en cuatro de los últimos cinco cuartos de final y que siempre ha conseguido a excepción de la eliminatoria ante Panathinaikos en 2011. Esta vez, como en 2012 ante Unics Kazan, sale 2-0 y con más de un pie en la Final Four. Hora de rematar.