GRAN CANARIA 81 - VALENCIA 86
El Valencia derrota al Herbalife en la despedida del CID
Doellman lidera a los suyos ante un Granca que vendió cara su derrota; el pabellón registró su habitual ambiente en su adiós al baloncesto ACB.
El Valencia Basket quedará en la historia como el último vencedor en un partido ACB en el Centro Insular de Deportes. Batió por 81-86 al Herbalife Gran Canaria en un partidazo, el mejor que ha visto la cancha de la Avenida Marítima en el presente curso.
Con dos de las mejores defensas de la competición en liza, la primera mitad resultó un festival ofensivo, un gusto para la vista. Los visitantes, 30 puntos y seis triples de siete intentos en diez minutos. A la acometida inicial protagonizada por Doellman y Van Rossom, el Granca respondió, como tantas otras veces, desde la convicción en su defensa, lo que le permitió correr y apoyarse en Newley para voltear el 0-8 con un más decoroso 16-19, igualdad que sin embargo volvió a destrozar una zona 1-3-1 de Perasovic y el acierto exterior taronja (18-30, min.9), antes de la primera aparición de Tavares y una canasta postrera de Oliver para el momentáneo 24-30.
Pese a la lección permanente de Dubljevic en los fundamentos técnicos, Javier Beirán irrumpió como un tornado en el segundo periodo, con tres triples consecutivos, uno con adicional, para empatar a 34. Aguilar y Sato se sumaron la fiesta del perímetro, a la que no quiso faltar Nacho Martín (41-40, min. 16), ya con el partido caliente, los ataques a tumba abierta, el Herbalife suelto y por supuesto el Centro Insular siendo el Centro Insular, con la temperatura muy alta. Al 24-30 del primer cuarto le siguió el 29-19 del siguiente, a lo que contribuyó un Eulis Báez inmenso, que con 11 puntos permitió a su equipo alcanzar el vestuario por delante (53-49). El dominicano, con la limitación de su estatura, es un ejemplo para toda la liga por su orgullo, su inteligencia y su amor propio, incluso cuando sale la artillería pesada entre dos equipos que regalaron una primera parte a la altura de la despedida de una pista mítica.
El equipo levantino continuó en esa línea, pero el Herbalife regresó a la pista viendo muy pequeño el aro naranja. Lafayette, sin embargo, veía el de los locales como una piscina, y dos bombas de larga distancia, junto a otra de Dubljevic, hicieron que su bando recuperara el mando (58-63, min. 27). La sequía ofensiva canaria era ya evidente y preocupante, sobre todo debido a 7 pérdidas en el cuarto, más que en los dos anteriores juntos. Demasiado regalo para un Valencia Basket que, aunque a trompicones, amplió distancias hasta los 11 (65-76) con el liderazgo de Doellman, ventaja más que significativa tal y como se desarrollaba la mañana, y a la postre decisiva.
A falta de 7 minutos, Hansbrough con dos triples dejó en 5 las diferencias, 71-76. Se sucedió un intercambio de canastas hasta el 75-80, justo cuando una falta en ataque señalada a Báez por Planells encendió la última protesta airada del CID contra los árbitros. Los decibelios subieron y subieron, pero ni los valencianos acusaron demasiado los nervios ni los grancanarios tuvieron el acierto suficiente. Un buen Herbalife Gran Canaria no pudo con un buen Valencia Basket.