HEAT 121 - TIMBERWOLVES 122
Los Wolves, eliminados el día que ganan a los Heat en Miami
Ricky, 13 puntos y 14 asistencias, y Love, 28 y 11 rebotes, dan la victoria a Minnesota en un extraño partido con dos prórrogas. LeBron alcanzó los 23.000 puntos en su carrera.
Lo Timberwolves de Kevin Love consiguieron un triunfo de prestigio al derrotar, tras dos prórrogas, al ganador de la NBA en los dos últimos años, los Heat, en su propia cancha (121-122). Sin embargo, pese a la victoria, certificaron su eliminación al quedarse sin ninguna opción de alcanzar los playoffs. Cosas del destino. No obstante, Ricky Rubio prefirió no restarle valor a lo conseguido en Miami. "Como decimos, queremos acabar en forma la temporada y lo hemos demostrado contra uno de los mejores equipos de la NBA", comentó el base de El Masnou.
El encuentro puede ser calificado como uno de los más extraños del curso. Se resolvió tras un doble tiempo extra, sin embargo, pudo haberse decidido hasta en dos ocasiones anteriores. "Fue un partido raro, extraño. Tuvimos varias oportunidades de ganarlo. Parece que refleja cómo nos está yendo la temporada", indicó Chris Bosh tras la derrota. No obstante, los de Spoelstra continúan encabezando el Este empatados con los Pacers, quienes también cayeron en Toronto contra los Raptors. Viendo las actuaciones de los dos gigantes de esta Conferencia, parece que ninguno quisiera obtener el factor cancha a su favor en la postemporada hasta, como mínimo, las Finales.
Los Timberwolves salieron airosos de la montaña rusa en la que se convirtió el choque, que tuvo 21 cambios de líder, 10 de ellos en las prórrogas disputadas. Para ello, cimentaron su éxito en la actuación de Kevin Love, autor de 28 puntos (aunque con malo porcentajes: 11/27 en tiros de campo) y 11 rebotes, así como en el trabajo coral del resto del equipo. Otros cinco compañeros suyos anotaron en dobles figuras. Entre ellos Ricky, quien aportó 13 puntos y dirigió el juego de su equipo al repartir 14 asistencias y capturar cinco rebotes.
Al final del último cuarto, Minnesota parecía tener la victoria bajo control, pero una pérdida de Buddinger a trece segundos del final con 96-97 a favor propició el empate de los locales. Chalmers forzó la penetración y chocó con Barea. Los colegiados apreciaron falta en la acción del puertorriqueño, quien protestó con vehemencia, aunque el base solo anotó uno de los dos tiros libres. El posterior intento de triple ganador de Love hizo la corbata y se salió del aro. Partido a la prórroga.
En ella, un gancho del genial ala-pívot colocaba por delante (108-109) a los suyos a 14,7 segundos del final. En la acción posterior, LeBron (quien se convirtió en el jugador más joven en alcanzar los 23.000 puntos al conseguir 34 esta madrugada), bien defendido, buscó a Chalmers, quien una vez más penetró y forzó la personal. Nueva visita a la línea para decidir el partido. Sin embargo, la mano le volvió a temblar y erró el primer lanzamiento. Acto seguido, a la desesperada, Love intentó un nuevo buzzer beater con Bosh y 'Birdman' Andersen encima. El balón golpeó el aro. A la segunda prórroga.
En esta ocasión, los acontecimientos se desarrollaron en el orden contrario a los anteriores. Love recibía el balón de Ricky para levantarse y anotar desde más allá de la línea de tres puntos (119-117 a 29,7 para la conclusión). En la jugada siguiente, falta del español sobre LeBron, quien solo puede anotar uno de los dos libres. Los Wolves ponen el balón en movimiento, y Miami comete una falta rápida. A trece segundos Barea visita la línea que estaba decidiendo la contienda. Anota los dos y establece el 118-121. La acción, de vuelta al aro contrario para que aparezca Bosh, aproveche un error defensivo y clave un triple. Wade, baja por lesión, lo celebraba desde el banquillo. Brewer a la desesperada lanza de espaldas a un metro del aro, pero Norris Cole llega tarde, le toca, y le permite lanzar dos libres. El alero consigue anotar el primero, aunque no hace lo mismo con el segundo. Queda 1,8 segundos, pero Ray Allen, con Love, esta vez sí, en sus narices, no encuentra el aro. Suena la bocina con el 121-122 en el luminoso. Y Ricky lo festejó con rabia. El consuelo tras una temporada en la que se esperaba, como mínimo, a los Wolves en la postemporada.