Unicaja regaló un partido que tenía controlado a falta de siete minutos cuando ganaba por 47-56 a un Fenerbahçe en apariencia impotente. Pero se durmió y lo estropeó por su mala cabeza. Un horrendo parcial de 16-3 (63-59) le rompió los planes. El equipo de Joan Plaza torció un estupendo trabajo en unas secuencias finales para olvidar. De poco le sirvió apretar y ponerse en 67-64 a falta de 20 segundos. Los turcos, con tablas, resolvieron en medio del fervor de su gente. Los verdes a falta de cuatro jornadas siguen dependiendo de sí mismos para colarse en cuartos de final. Pero el calendario es complicado. Una mala defensa, falta de concentración y errores puntuales le retorcieron un encuentro que llevaba bien dominado. Ahora espera nada menos que al Barcelona en la próxima jornada.

Fue un choque igualado y vibrante. Nunca hubo grandes distancias. Bleliça, con sus 18 puntos de valoración, fue el baluarte de los de Obradovic. A Plaza, las rotaciones no les sirvieron para nada. Unicaja lo estropeó porque no supo aguantar la presión y desperdició la ocasión increíble de sentenciar el grupo.