EFES 84-BARCELONA 89
Dorsey hace el milagro y Tomic y Navarro todo lo demás
Un palmeo de Dorsey en el último segundo fuerza la prórroga y el Barcelona gana con un partido brutal de Tomic: 40 de valoración. El Barça, 20 triunfos seguidos en el Top-16.
El Barcelona ha ganado 20 partidos seguidos y 37 de los últimos 38 en el Top-16. Dicho así impresiona. De hecho impresiona se diga como se diga: no pierde en esta fase, en la que juegan los mejores de Europa a cuchillo, desde el 3 de enero de 2013: en pista del Khimki (78-65). Desde entonces, seis victorias seguidas la pasada temporada y ocho ahora. Conclusión: 8-0 y como mínimo tres partidos de ventaja (a falta de seis) sobre el tercero, que marca la ventaja de campo en cuartos. Ni hablemos de la clasificación en sí, aún no garantizada pero en la práctica en el bolsillo.
El actor principal en aquella última derrota en Rusia fue Zoran Planinic (14 puntos y 6 asistencias), casi protagonista también en la que pudo ser la siguiente pero que finalmente no llegó. Pero casi, casi: el Efes ganaba 74-72 a falta de seis segundos y Savanovic tenía dos tiros libres. El serbio falló uno (75-72) y los turcos mandaron a la línea de personal a Oleson para evitar el triple. Oleson metió el primero y falló, claro, el segundo en busca de lo que casi nunca sucede pero sucedió esta vez: Dorsey le comió la tostada a Erceg y palmeó casi sobre la bocina para forzar la prórroga. Una resolución increíble y especialmente dramática para un Efes al que se le fue casi el último tren en una ya muy lejana (2-6) opción de alcanzar los cuartos. La suerte le quitó esta vez lo que le dio ante el Milán con el increíble triple de Planinic casi desde su propia zona.
Frustrado, el equipo turco entró desmadejado en la prórroga y concedió siete puntos casi seguidos de Tomic a los que siguió la puntilla de Navarro (77-84). El Efes sabía que había perdido cuando entró el palmeo de Dorsey y puso poca oposición a lo que parecía cosa del destino. Antes, sin embargo, había jugado con el espíritu que se le supone como equipo turco y que casi no ha tenido en todo lo que va de competición (doce derrotas ya) para remontar un partido que tenía terriblemente cuesta arriba. Ayudó el Barcelona, empeñado en suicidarse, o en buscar el más difícil todavía, en el último cuarto y medio: 33-48 en el minuto 24, 71-64 en el 37. Un parcial de 38-16 en poco más de trece minutos para un Efes que había anotado 26 puntos en todo el primer tiempo (26-38). El Barcelona sesteó, perdió el nervio defensivo y la intensidad ofensiva, juntó malos minutos de un quinteto con Sada y Todorovic y fue dejando que al espíritu de Gonlum se sumaran los triples de Vasileiadis y unos minutos de enorme inspiración de Gordon (13 puntos, todos en el segundo tiempo) y Planinic. Pero aun así perdió el Efes y ganó el Barcelona, que enseñó lo mejor y lo peor de su repertorio… pero que está 8-0.
El Barça dejó hacer la goma al Efes en el primer cuarto (2-14 de salida), en el segundo (21-34) y por supuesto en el tercero (el citado 33-48 que olía a match-ball). Empezó jugando a su mejor nivel, corriendo desde la defensa, fluido en ataque y dominando en las zonas. Sin más problema que el nada inhabitual desde la larga distancia: 4/18 en triples. La relajación y la mala combinación de las unidades en pista cuando comenzaron los cambios fueron abriendo puertas a un Efes que, movido por la necesidad, se dejó el alma en el último cuarto pero fue incapaz de asegurar el triunfo. También porque falló tiros libres en ese intercambio del último minuto y fue finalmente peor en esa estadística en la que los dos equipos están entre los peores de la competición. Esta vez 12/20 Efes y 17/23 un Barcelona al que un tiro libre fallado, porque tenía que fallarlo, llevó a la prórroga y al triunfo. Resulta casi irónico.
Por encima del vaivén de juego y emociones del partido destaca la figura imperial de Tomic, imparable para un rival que le molió a palos y que no evitó que resultara decisivo. Fue MVP de la última jornada con 36 de valoración (24 puntos y 9 rebotes) y tiene muchas papeletas para repetir: 26 puntos, 15 rebotes (6 en ataque), 3 asistencias… y 40 de valoración. Imperial, con el equipo al hombro en el arranque y en la prórroga. Y bien alimentado, en un día gris de Huertas, por un Navarro que se fue a 17 puntos y 11 asistencias, facilitador al principio y letal al final, anotando cuando había que hacerlo y asistiendo siempre. Papanikolaou estrenó máscara con un partido completísimo y el Barcelona necesitó poco más para ganar, con su evidente superioridad primero y con un plausible espíritu de supervivencia después. Manda a la UVI al Efes, en cuya pista no ganaba desde 2002, y sigue en la ruta para asegurar el liderato de grupo. Y de paso abre la brecha histórica de triunfos en el Top-16: con este, veinte. Una barbaridad.