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THUNDER 117-CLIPPERS 125

Chris Paul y Crawford le roban el juguete a Kevin Durant

Los Clippers se llevan un partido tremendo que se resolvió en el último minuto. Durant, estelar hasta entonces, falló dos tiros libres y Crawford sentenció con Paul a la batuta.

Chris Paul y Crawford le roban el juguete a Kevin Durant
Mark D. SmithUSA Today Sports

Los Clippers ganaron en el Chesapeake Energy Arena. Lo necesitaban. Su victoria reorganiza ligeramente las posiciones de elite del Oeste pero estas van a dar muchas vueltas en las próximas semanas. Lo necesitaban porque les reivindica, les permite mirarse al espejo y ver a un equipo que puede. Puede llegar lejos en playoffs, puede plantar cara a los mejores de la Conferencia salvaje. De hecho, es uno de esos mejores. Lo necesitan porque llevan una camiseta maldita, el logo de una franquicia a la que hasta hace poco no se le permitía soñar ni un centímetro más allá de sus posibilidades. Hoy tiene que saber que esas posibilidades son ahora mismo casi infinitas.

Un poco de historia reciente de los Clippers en la gestación de este equipo a contrapelo de su tradición: salieron del All Star Weekend 2013 con una derrota catastrófica en casa ante los Spurs. Ese partido se les quedó grabado, un fuelle que insufló aire a sus complejos antes de que les atrapara después el grit and grind de los Grizzlies en primera ronda de playoffs. Y de vacaciones con mal sabor de boca. Este año también salieron del All Star con derrota en casa ante unos Spurs sin Parker, Leonard o Splitter. Y tres días después perdieron en Memphis. Rivales íntimos y otra vez la imagen deformada del equipos que sí… pero no. Así que necesitaban un partido como este para sacar pecho. Ahora esperan a Glen Davis y se colocan en 38-20. ¿Los Thunder? Todavía al frente del Oeste, ahora en 43-14, pero con el olor a chamusquina de dos derrotas seguidas en casa, donde sólo habían perdido tres veces en todo el tramo anterior de temporada. Justo cuando ha vuelto Westbrook y a manos de Miami Heat, su Leviatán particular, y ahora estos Clippers de, deben creérselo, altísimos vuelos.

El partido, un espectáculo estruendoso de baloncesto (242 puntos, 66-72 al descanso), tuvo muchos protagonistas pero dos estrellas principales: Kevin Durant y Jamaal Crawford. Uno es el gran aspirante a MVP después de su trance entre celestial y alienígena durante los partidos sin Westbrook. El otro es un jugador menor (en comparación, claro) pero extraordinario, con unos fundamentos que son seda y un instinto maravilloso para jugar al baloncesto. Cuando jugaba en los Knicks le llamaban True Essence: La esencia pura. El partido parecía el juguete de Durant (42 puntos y 10 asistencias, primero en su carrera con al menos 10 asistencias y más de 35 puntos), que llevó a su equipo haciendo la goma hasta un final igualado que parecía terreno para otro trabajo heroico del alero. Pero se lo robó Crawford, que anotó 36 puntos, entre ellos los cinco decisivos en el último minuto y medio. Justo antes y con 115-116, Durant falló dos tiros libres después de haber llegado a ese punto en 10/10. Y la batalla, preciosa de cabo a rabo, voló a LA. Crawford le hizo el lazo al paquete que Chris Paul se había pasado toda la noche envolviendo: 18 puntos, 12 asistencias, 8 rebotes.

Con una versión menos explosiva de lo habitual en el último mes de Blake Griffin, sin Redick y con muy poco banquillo, a los Clippers se les apareció Matt Barnes con 24 puntos y 6 triples (quinta vez que alcanza ese tope en su ya larga carrera). DeAndre Jordan se aplicó en defensa contra todos menos contra Durant, que pasó por esos trances en los que anota como si no hubiera nadie delante, ni siquiera el gigante de Houston. Durant, humano hasta donde sabemos, terminó cansado y sin mucha ayuda en el tramo final de Ibaka ni Westbrook, mucho más intenso que acertado (3/10 en tiros de campo). La guardia joven del banquillo tampoco tuvo su día. Ni Perry Jackson, ni Jeremy Lamb, ni Reggie Jackson. En la remontada les tapó a todos, cosas de la vida, Derek Fisher y sus 39 años: 5 de 5 en triples. Los Thunder remontaron como una piraña y pusieron el partido en una resolución que parecía lista para escenificar otro revés al instinto competitivo de los Clippers. Pero Durant se encasquilló y le robó el titular Crawford, que al fin y al cabo no es cualquiera. Es la esencia pura. Y ejemplo de la enorme profundidad que tienen por fuera estos Clippers que hoy se lo creerán un poco más después de un partido que pone los dientes largos si se piensa en los playoffs que vienen en el Oeste. Será tremendo desde el balón al aire del primer partido de primera ronda. Tremendo...