IBEROSTAR 56 - BARCELONA 78
Bandera blanca en Tenerife
En plena crisis de resultados y sin Papadopoulos, el Iberostar aguantó poco más de quince minutos ante un Barcelona que ahorró fuerzas y alargó las rotaciones.
El Barcelona se dio un paseo por La Laguna. No era esta la versión del Iberostar Tenerife más propicia para acabar con la losa histórica que arrastra ante los azulgrana: con esta 17 derrotas en 17 partidos. Tras su excelente primera vuelta, ha perdido seis partidos de Liga seguidos. Y por el camino, el 102-60 ante el propio Barcelona en cuartos de Copa. Sekulic ya se fue y Papadopoulos fue baja por molestias en una rodilla. Su juego interior, que de por sí tiritaba, quedó arrasado cuando Sikma y Fajardo cometieron dos faltas cada uno en el primer cuarto. Una herida por la que se desangró el equipo canario: sus más de 78 puntos por partido se quedaron en 56 (35 al término del tercer cuarto: 35-56). Sus más de 87 de valoración, en 42. Su última tabla de salvación, el tiro exterior, apareció en formato escopeta de feria: 4/18 en los primeros treinta minutos, 6/21 al final.
Así que al partido le sobró una minutada kilométrica. El Barcelona, en pleno fregado del Top-16, moduló fuerzas y ganó en un par de acelerones. Dio, por pura relajación, dos veces aire al Iberostar: del 2-11 inicial al 14-15 y del 15-30 del minuto 13 al 25-30 cinco minutos después. Nada más, los triples de Navarro, Pullen y Oleson abrieron la brecha definitiva a caballo entre el final del tercer cuarto y el arranque del tercero: 25-43, minuto 23. Para entonces el destino del partido estaba completamente barajado y los dos equipos lo sabían. Casi todo el segundo tiempo se jugó sin ningún nervio y en un intercambio de ritmo alto que evidentemente favorecía siempre al Barcelona, que ganó con 20 pérdidas (22 el Iberostar). Y con un espantoso 9/20 en tiros libres. Y con un discreto 42% en tiros de dos. Nada importaba demasiado y bastó un buen día desde la línea de tres (13/29, 4/8 de Abrines y 3/5 de Oleson) y una superioridad apabullante en el rebote: 32-46. Nadie en el equipo de Alejandro Martínez podía elevarse por encima de Tomic ni cuerpear a Dorsey. Una cuestión de física aplicada que mató cualquier atisbo de que hubiera partido.
Al Tenerife le tocará remar en partidos más propicios. Y con Papadopoulos. El Barcelona aprovechó para tomarse un día tranquilo y dosificar minutos. Sólo pasaron de 20 Oleson y un Abrines que cubrió la ausencia de Papanikolau y que sigue pidiendo más minutos y más responsabilidad. Tuvieron minutos y protagonismo Pullen, Todorovic y Hezonja. Y jugaron poco los que cargan con el peso del equipo en el Top-16: Huertas, Tomic (día raro: 2 puntos y 10 rebotes), Nachbar y Navarro, que casi reboteó más (7) de lo que anotó (8) en otro día para sacar brillo a su leyenda en ACB: hoy le tocó superar los 1000 rebotes y los 7387 que hacían de Perasovic el séptimo máximo anotador histórico. Como le vemos jugar todos los días, casi nada de lo que hace nos parece a estas alturas extraordinario. Pero prueben a anotar en fila todos los títulos colectivos, galardones individuales y récords personales de su currículum. El resultado deja sin palabras pero tiene un nombre: es la historia y él la sigue reescribiendo.