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BILBAO BASKET 78 - GIPUZKOA 68

El Bilbao se lleva en Miribilla el triunfo en el derbi vasco

Sexta derrota seguida del GBC y lesiones de Raúl López y Doblas. Salgado jugó a la vieja usanza: todo el partido, menos tres segundos, y acabó asfixiado.

Germán Gabriel y Chales Ramsdell sisputan un balón.
Germán Gabriel y Chales Ramsdell sisputan un balón. EFE

Sin defensa, sin rebote y con un ataque descabezado porque la referencia desfiló lesionada, el equipo visitante fue un juguete roto en manos de los Hombres de Negro. Y eso que estos se quedaron, a su vez, sin Raúl López a los doce minutos, por un fuerte golpe en la mano (podría tener algún dedo roto y si hubiera que operarle serían ocho semanas) que le obligó a aplicarse hielo. La segunda parte la vio ya vestido de calle. No es plato de buen gusto, pero si se lo hubieran permitido, seguro que con los ojos cerrados hubiesen cambiado los locales a pelo la baja del mago de Vic por el poste cántabro. El impacto era mucho mayor del lado donostiarra, que se limitó a jugar todo exterior y correr para que no se armara la defensa contraria.

El derbi de la crisis económica abrió la lata con el Bilbao tirando ayudas a Doblas y el GBC desacertado en el tiro. Empaquetó un 6-0 y en el tercer cuarto se vio algo inusual, casi de Guinness: tiempo muerto de Sito Alonso a los 34 segundos de juego, lo que le desactivó para instantes finales un perón que le habría venido de cine. Robinson tardó en coger su fusil y eso era mala señal para los donostiarras. También Mumbrú, pero cuando irrumpió fue para mandar a los de blanco a la lona. El partido estaba contenido, lo que querían dos talentos puros como Raúl López y Salgado. El primero inventó una de sus fantasías en tres segundos por consumir del primer cuarto, bordeando por dentro la línea de triple para anotar en caída. Y Salgado prodigó sus fintas y paso lateral para anotar de 6,75, y sus pases inverosímiles.

El ‘average’ parecía solventado en el 66-46. Pero el GBC se encomendó a Robinson y tiró de casta para salir a flote. Ahí cogió la manija Grimau para aprovechar el cansancio de Salgado tras una minutada de otra época: sólo se perdió tres segundos y perdió cuatro balones importantes. La ausencia de Doblas ennegreció su juego. A falta de 41 segundos, el average aún palpitaba: 78-68. Falló Grimau el tiro que podía dar el premio gordo.

¿Se encienden las alarmas? Le preguntaron a Sito Alonso. “Me da igual que se enciendan las alarmas. Si alguien quiere encenderlas, que lo haga. No podemos perder nuestra perspectiva: somos un equipo que está más cerca de los de arriba que de los de abajo. Hay que ser conscientes de quiénes somos. A ver si ahora la semana próxima vienen dos jugadores por las lesiones de Neto y Doblas”, señaló en tono sarcástico el técnico del GBC. Arrinda habló al descanso sobre las conversaciones con un grupo de empresarios a través de una serie de intermediarios para el relevo en la cúpula: “Estamos hablando, queremos lo mejor para el club. Confío en que se llegue a una solución”, explicó en ETB el consejero delegado.