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MERCADO DE FICHAJES

Raznatovic, el agente que ha traído a Lamar Odom a Vitoria

Es uno de los representantes de moda, el mismo que negoció el futuro de Spanoulis: "Renovó por menos dinero y para eso no tengo que utilizar ni al Barça ni a nadie".

Misko Raznatovic, junto al seleccionador español, Juan Antonio Orenga, y Jorge Garbajosa.
PAULINO ORIBEDIARIO AS

Miodrag Raznatovic, Misko, es el agente o representante de jugadores del momento, que en esto también hay mucho de moda. El que acaba de traer a Lamar Odom al Laboral Kutxa y el que renovó el contrato de Vassilis Spanoulis con el Olympiacos cuando en Barcelona ya soñaban con verle de azulgrana. Este lunes escribía en Twitter: “Mañana, la bomba más grande del año en el mercado europeo. Como siempre, bombas de este tamaño son de BeoBasket”. Se refería, claro, a Odom. Ni es el primer fichaje ni será el último que el agente serbio y exjugador, nacido en 1966, anuncie en las redes sociales.

Raznatovic crea su agencia, la citada Beobasket, en 1995 en Belgrado, aunque cuatro años antes ya ejercía de abogado. Desde el principio empieza a asesorar a baloncestistas, siempre ligado al deporte de la canasta. Sabe negociar y los jugadores confían en él. En la actualidad representa a cerca de cien jugadores, también a entrenadores, en más de 30 países de las principales ligas, incluida la NBA. Como Pero Antic, Mirza Teletovic, Nemanja Nedovic y Nikola Pekovic, para el que consiguió hace unos meses un contrato gigante con los Timberwolves de Minnesota: 60 millones de dólares en cinco años. Con Pekovic coincidió vestido de corto, cuando la mole serbia apenas tenía 17 años. Porque Raznatovic militó en el Radnicki, Zeleznik, Ulcini, Napredak, Vojvoda Stepa y Banjica y no se retiró hasta antes de ayer, en 2005, con casi 39 años.

El pasado verano Misko estuvo en boca de todos, porque fue quien negoció la renovación de Spanoulis con el Olympiacos y su posible fichaje por el Barcelona. En el club catalán llegaron a sentirse utilizados. “A mí quienes me importan son mis jugadores y hago lo necesario para defenderles. Pero no, no utilicé al Barcelona, de hecho mantengo ahora una relación excelente con ellos. Spanoulis se planteó salir de Grecia, era una opción, pero al final decidió renovar y lo hizo por menos dinero que el de su anterior contrato —nos contaba Raznatovic durante la pasada Copa—. Para eso no tengo que utilizar ni al Barça ni a ningún equipo. También en su día optó por cambiar el Panathinaikos por el Olympiacos, decisión que no fue fácil para nadie, para mí tampoco, pero si era su deseo… había que hacerlo”.

En el Real Madrid representa a Marcus Slaughter y, quién sabe, “quizá haya más jugadores en el futuro”. Uno de sus asesorados es Bojan Dubljevic; otro, Justin Doellman, quizá el ala-pívot más cotizado del mercado. Hay quien asegura que ya tiene un acuerdo cerrado con el Barça, pero Raznatovic lo desmiente: “Decidirá su futuro cuando acabe la temporada, y lo hará entonces de forma inmediata, pero no antes, seguro”. Reconoce que es muy complicado que siga en Valencia, aunque a Dubljevic sí le ve otro año en el equipo taronja. “Para los jugadores es bueno hacer primero una carrera en Europa antes de ir a la NBA. Aunque, claro, depende del país. En Francia es probable que los más jóvenes sueñen con la NBA. En Serbia, en cambio, lo hacen primero con el Madrid y con el Barcelona”, asegura.

Hablamos de jugadores y también de los problemas económicos de los clubes. Porque Raznatovic es desde hace diez años propietario del Mega Vizura, equipo serbio de la primera división, donde Novica Velickovic reinició su carrera la temporada pasada tras varios meses lesionado, donde se foguean también jóvenes promesas. “Claro que se nota la crisis. En España, salvo en el Madrid y en el Barcelona, hay mucho menos dinero en todos los equipos. Y eso puede ser un problema grave si la situación continúa así en los próximos años, aunque ahora siga siendo la mejor liga del continente. Pienso que el futuro del baloncesto pasa por una gran Liga europea”. Son muchas ya las voces que apuntan al mismo camino. Lo veremos.