BILBAO BASKET 95 - FUENLABRADA 73
El Bilbao abusa de un Fuenla entregado en el último cuarto
Se llevó el ‘average’ en una matinal plácida. Cerrada ovación de Miribilla a los jugadores por los problemas económicos, que agradecieron el apoyo.
El Bilbao Basket fue madurando al Fuenlabrada con un par de arreones y dio el golpe definitivo en el último cuarto, en el que se devoró a un equipo incapaz de reaccionar y con una rotación inoperante. Markota, un secundario, encendió la chispa y se llevó a los madrileños por delante. No era un pulso del montón entre dos equipos en tierra de nadie: el que perdiera estaría a dos encuentros del descenso y el ganador estaría facultado para mirar hacia la parte alta. El Bilbao encontró el golpe de muñeca y su perdido engrase ofensivo. Su juego está mucho más equilibrado que el del Fuenla, alcanzó por fin el renacimiento de Bertans y Kavaliauskas, y va encontrando piezas de repuesto en el banquillo. Como Markota y Grimau, claves en la matinal de Miribilla. El primero paró la producción de Panko desde el puesto de cuatro, cogió seis rebotes en tres minutos y dio dinamismo en campo contrario. Lo mejor lo dejó para el final: rompió el partido a falta de seis minutos; 78-65. También quebró la frágil fe del adversario por sacar algo potable. Se rindió sin condiciones, entregó el average (-3) y dejó sensación de equipo muy pobre.
Roger ejerció de chico para todo: penetró con su habitual explosividad, fue al poste y tiró todas las ayudas que quiso. Frente a eso, el Fuenla iba por un solo carril: Panko y Paunic eran su único sostén en el marcador (de los 26 puntos naranjas al descanso, 26 eran suyos) y con un rebote ofensivo como el que llevaba en 20 minutos poco puedes apañarte en esta Liga. Cabezas y Feldeine fueron un lastre absoluto.
Como ante el Estrella Roja y otras tardes, el Bilbao ejerció de piloto suicida durante tres cuartos: estirones hasta los diez y once puntos y en un pestañeo (ora un par de dos más uno ora un par de triples concedidos) se dejaba comer el terreno que tanto le costó conquistar. El Fuenla va a tirones, pero no es tan duro mentalmente como el inquilino del Pionir: a la tercera sacudida, se quedó desnudo. Es un equipo que se hace comodón cuando está Panko.
Pueyo repitió de salida el escenario de la Eurocopa: Vrkic y Mumbrú en las alas, para dar vuelo al croata pero ni él ni Pilepic acaban de espabilar. El 4-11 le hizo parar prematuramente el partido a Mateo con un tiempo muerto para resetear. Vega ejerció como pudo de secante de Mumbrú y lo cierto es que cuando se fue al banquillo a descansar un rato es cuando el alero catalán mejor lo pasó sobre la pista. A partir del 53-40 (encogido solo como espejismo en 54-46) todo fue un paseo vizcaíno. Gabriel planeó como quiso (bajo el aro habían caído tapones naranjas como churros previamente pero esa fogosidad era fuego de artificio). El Fuenla se fue y volvió tres veces, pero de tanto ir y venir, acabó disolviéndose en el horizonte. El banquillo fue una rémora (seis puntos salieron tan sólo de ahí, con tres en valoración negativa). Dio el partido por perdido sin oponer resistencia.
“Las rotaciones no han sido lo que mejor nos ha ido. Tenemos que dar una vuelta más a nuestra defensa. El parón igual nos ha perjudicado. Hemos dado por acabado el partido antes de tiempo”, valoró Mateo.
La retirada de ambos equipos aportó una postal memorable: todo Miribilla clamó más alto que nunca este año “Bilbao Basket” como homenaje a los sufridos jugadores y estos hicieron piña, agradecieron el gesto y algunos como Grimau (con todos los títulos posibles) levantaron los brazos emocionados como si hubiese llegado un gran trofeo.
En el descanso se dio una iniciativa de la Peña Hirukoa (la más crítica con un Gorka Arrinda que no asistió al partido) como símbolo de apoyo a la entidad. El colectivo se sumó públicamente a la campaña #planBBwater, bebiendo cien botellines del agua Alzola , uno por cada peñista. Cada envase cuesta un euro y sirve para aliviar un poco las arcas dl club. Las tiendas Reta y El Corte Inglés venden ya el producto. Además, un centenar de seguidores de la Peña Animal y Naranjo se desplazaron y se hicieron sentir en Bilbao.