Nuevo ridículo de los Lakers en el Staples, esta vez ante Utah

Los Utah Jazz hurgaron en la herida de unos Los Angeles Lakers que siguen sin levantar cabeza y que cayeron anoche (79-96) por sexta vez consecutiva en el Staples Center, igualando la peor racha de derrotas en su propio feudo.

Alec Burks lideró la anotación para los visitantes con 24 tantos, mientras que Chris Kaman fue el mejor de los locales con 25 puntos y 14 rebotes.

Los californianos no perdían seis encuentros seguidos en su propia casa desde marzo de 1993. Su última victoria como locales se produjo el 3 de enero, precisamente frente a los Jazz.

Los Lakers probaron con su vigesimosexto quinteto inicial diferente en 52 partidos (récord de la NBA), probaturas obligadas por las ausencias de Kobe Bryant, Pau Gasol, Jordan Farmar, Nick Young, Jodie Meeks y Xavier Henry.

Los Jazz comenzaron afinados (0-7), pero el perfecto arranque de los Lakers desde el triple (4/4) dio rápidamente la vuelta a la situación y lanzó a los de Mike D'Antoni a un tremendo parcial de 19-0 para conseguir 15 de ventaja (27-12). Utah fue incapaz de anotar un solo punto en seis minutos mientras Chris Kaman y Shawne Williams imponían su ley bajo tableros.

El ataque californiano tenía orden y concierto. Bajo la dirección de Steve Nash, los Lakers cometieron una sola pérdida de balón en el primer cuarto, pero los reservas no lograron mantener el nivel de juego y permitieron que su contrincante pusiera las tablas (28-28) tras otro parcial abultado (1-16).

Nash fue el encargado de anotar el primer tiro de campo para los suyos en el segundo periodo disputados ya seis minutos, pero no pudo evitar que el conjunto de Tyrone Corbin, sin calidad pero con esfuerzo y determinación, volviera a tomar la delantera al descanso (37-48) apoyado en la labor de Marvin Williams, Derrick Favors y Alec Burks.

El base canadiense fue baja durante la segunda parte por nuevas molestias en la pierna izquierda, el mismo problema que le obligó a retirarse en el encuentro anterior frente a los Bulls. A pesar de su ausencia, los Lakers recortaron la desventaja una vez más (54-55), esta vez gracias a la visión de juego de Kendall Marshall y el despliegue físico de Wesley Johnson.

Sin embargo, el descaro de Gordon Hayward provocó que se llegase al último cuarto con 60-68 en el marcador, un déficit en el que tuvo que ver el 0/10 en triples de los locales desde su acertado inicio.

La nueva reacción angelina (69-72), producto de la conexión entre Steve Blake y Kaman, resultó ser un fugaz espejismo en manos de unos Jazz que supieron aprovechar su mayor fondo de armario y dar confianza a reservas como Burks o el saltarín Jeremy Evans.

Enfrente, un equipo fundido, vacío, sin recursos, roto por las lesiones y débil en la caza del rebote (40-55).

Los Jazz sumaron así su segunda victoria consecutiva tras sorprender el sábado a los vigentes campeones, los Miami Heat.