El Herbalife sube el tono y derrota al Laboral Kutxa

El Herbalife Gran Canaria llegará con buenas sensaciones a la Copa tras imponerse al Laboral Kutxa por 84-81 en un partido atractivo y frenético que se decidió en sus últimos compases.La mayor energía de los canarios les valió ponerse con el 16-6 después de medio cuarto disputado. La pareja Hansbrough-Tavares, que tanto rédito le está dando al Gran Canaria en los últimos partidos, lanzaba a los suyos también con la buena dirección de Bellas y el brío habitual de Newley. Apenas un par de aciertos de Mainoldi sirvieron para que el mal primer cuarto de los vascos no se convirtiera en una sangría en su contra, y así los locales tuvieron 12 como máxima renta hasta llegar al primer parón con el 20-10.

Aunque el Baskonia mostró mejor cara luego, con Hamilton en pista, los de Pedro Martínez, más cómodos con Bellas al mando que con Oliver, parecían tener su rumbo claro, y con Tavares dueño y señor en la zona, el australiano Newley rompió a anotar desde fuera y penetrando. El 34-21, comenzando la recta final de la primera parte, obligaba a reaccionar a los de Scariolo, que con un parcial de 0-9 se pusieron a 5, (34-29, min. 18) ya con un Pleiss más entonado -sin Tavares en cancha- y con Caseur entrando poco a poco en juego. Al descanso, con un ritmo trepidante, 39-30.

El factor diferenciador entonces lo puso el Chapu Nocioni, devastador en ataque con 19 puntos en el cuarto, gracias a un variado repertorio de aciertos para poco a poco colocar a los suyos por delante (50-54, min. 28). Tremendo el argentino. Claro que el Herbalife estaba mostrando su mejor imagen desde hace meses, y no estaba ni mucho menos dispuesto a rendirse. Su respuesta a las primeras ventajas visitantes fue buena, y se mantuvo arriba al final del tercer periodo, 59-57.

A partir de ahí el choque se movió en la igualdad. Diferencias mínimas para unos y otros, y cada vez más tensión. Newley estaba lanzado pero el Laboral Kutxa no se arrugaba, siempre al calor del talento y la personalidad de Nocioni. Tras numerosas alternativas mínimas, a falta de dos minutos un triple de Heurtel puso el 72-76, cuando ya cuatro puntos de distancia no parecían una cuestión baladí. Pero respondió el Granca con dos bombas desde el 6,75 de Hansbrough y de un inmenso Newley (78-76 entrando en el último minuto). Buena penetración de Heurtel y otra algo más forzada de Báez con el mismo resultado, canasta. 80-78 y 20 segundos.

Llegó entonces una sucesión de tiros libres, y tras desperdiciar uno Jelinek, los insulares le entregaron la bola a su mejor especialista desde el 4,60, Oliver, que no llevaba una buena mañana. Pero esa distancia no tiene secretos para el base de Terrasa, que certificó con su sangre fría y su puntería un triunfo que otorga a los amarillos un merecido aumento de moral para su choque del jueves ante el Madrid, acompañado por un mejor juego que desprendió olor al necesario punto de inflexión en ese aspecto.