El Joventut se luce ante un Manresa sin opción

El FIATC Joventut derrotó de forma clara y contundente (93-72) a una Bruixa d'Or Manresa que no pudo sobreponerse a las bajas de Eriksson y Monroe, dos de sus mejores hombres. Con un acierto en el tiro exterior por encima de la media, el Joventut tuvo una mañana plácida.

Los primeros minutos sobre el parqué consistieron en un tímido intercambio de canastas, hasta que Shurna decidió empezar a tirar de tres. El mejor tirador verdinegro encontró fácilmente opciones para lanzar, y en cuatro minutos ya había anotado tres triples. Con 15-6 en el marcador, Comenge pidió el primer tiempo muerto de partido para tratar de paliar la diferencia en el marcador. Y lo consiguió, a medias: el Manresa dominó el rebote ofensivo y anotó las segundas jugadas,pero no puedo parar a una Penya en su mejor versión en el tiro exterior. La diferencia no aumentó en exceso, pero La Bruixa d'Or no dio la sensación en ningún momento de poder remontar el partido.

29-17 arrancó el segundo cuarto con una dinámica muy parecida al del primero. Tras un parcial de 0-4 para los visitantes, con un Ljubicic protagonista, la Penya volvió a lo suyo: tirar de tres. De hecho, a los 14 minutos de partido los locales habían anotado tantas canastas de dos como de tres: siete. La diferencia en el electrónico, sobre los doce puntos, reflejaba más que la diferencia en los porcentajes de tiro exterior que en un mejor juego de la Penya.

Justo al volver de la media parte La Bruixa d'Or tuvo la ocasión de meterse en el partido. Con un triple y una canasta en apenas 20 segundos se colocaron a nueve por debajo de la Penya, pero su reacción la zanjó Shurna como sabe: con otro triple. Con un 11 de 20 en tiro de tres, los verdinegros no dieron opción a un Manresa que fue perdiendo fuelle. Con un partido plácido, solo Goodridge y Ljubicic (de largo el mejor de los visitantes) quisieron pelear un partido que hacía tiempo que se les había escapado. El último cuarto fue muy tranquilo para el FIATC Joventut que, con diferencias de más de 20 puntos, apenas tuvo que aplicarse para sentenciar un partido que el Manresa ya había dado por perdido. El público, tan relajado como los jugadores, acabó haciendo la ola.