HERBALIFE 89 - VALLADOLID 60
El Herbalife barre al Valladolid pero sigue sin encontrarse
Hansbrough y Tavares tiraron de un Gran Canaria que continúa sin chispa. Los amarillos exhibieron superioridad sin alejarse demasiado de su tónica.
El Herbalife Gran Canaria aprovechó la visita del CB Valladolid para sumar una nueva victoria, pero no para recuperar las buenas sensaciones. Ante un rival descosido, los amarillos exhibieron su superioridad pero sin alejarse demasiado de su tónica de los últimos encuentros: espesura en ataque, desorden en defensa, malas vibraciones en general.
Y el primer cuarto fue buena prueba de ello. El Granca, que no pudo anotar ninguno de los 9 primeros triples que intentó, fue al tran tran apagando el brío inicial de los pucelanos, cambiando el 2-6 por un 13-6 que tranquilizaba a un graderío que empezaba a preocuparse. La hiperactividad de Ben Hansbrough puso las cosas en su sitio y el primer acto se cerró con 25-16.
A partir de ahí se impuso la lógica y los locales fueron tomando rentas sustanciales, con la anotación repartida y el gigante Tavares dominando las zonas hasta alcanzar el 46-31 como máxima diferencia. Andusic era el mejor de los pucelanos, que iban a lo suyo sin que pareciera importarles demasiado el tanteo. Al descanso, 46-32.
Los de Martínez volvieron a dormirse en la reanudación, con un juego que, de continuar, les valdrá un gran escarnio en la Copa de Málaga. Ante unos aficionados entre enfadados y ojipláticos, los insulares vieron como los de Ricard Casas se colocaban a 5 (48-43, min. 25), justo antes de que un par de buenas acciones defensivas de Tavares y Hansbrough contagiaran algo de energía a un partido horroroso. Esos dos tapones permitieron al Gran Canaria estirar de nuevo su ventaja, 56-45, en unos minutos en los que la atención se centró en las canastas de Nacho Martín, celebradas con énfasis en pos de la recuperación anímica de un jugador clave para su equipo y que no puede mostrarse más apagado desde hace ya muchas jornadas. Ese acelerón del Herbalife volvió a poner los 15 de distancia, 65-50, para acabar el tercer periodo.
Con todo decidido, el tramo final acompañó, por malo, al resto del choque, y el Granca aprovechó para engordar guarismos colectivos e individuales. A mitad de cuarto, 73-52 y tiempo en cancha para un Óscar Alvarado para el que muchos reclaman más presencia en pista. De ahí al 82-54 y luego despedida y cierre. Menos mal. Estaba la cosa para dormirse.