Euroliga | CSKA MOSCÚ - REAL MADRID

La racha del Real Madrid, en peligro ante su peor enemigo

Messina se mide a su exequipo: “El que juega el mejor baloncesto de Europa hasta ahora”. Los de Laso llevan 31 triunfos seguidos, 13 en la Euroliga (17:45, C+ Deportes/E3).

LISTOS. El Madrid se entrenó por la mañana y viajó luego a Moscú, que le recibió tras cinco horas de vuelo con una temperatura de casi -20º.
REALMADRIDTV
Ricardo González
Licenciado en Periodismo en 1997 y desde ese año redactor de Diario AS. Se apasionó del baloncesto europeo mucho antes, cuando era un niño en los 80, y en la actualidad es cronista del Real Madrid, del que ha cubierto más de mil partidos entre la ACB y la Euroliga. Estuvo en Japón 2006, en el primer Mundial que ganó España.
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El tiempo lo entierra todo, pero aún no ha pasado el suficiente: un duelo Messina­-Madrid sigue ahí arriba, en lo alto del ránking del morbo. Y más si el técnico italiano se mide a su exequipo al frente del CSKA, el peor enemigo del Madrid desde que echara a andar la Copa de Europa. Y, de propina, la opción de cortar su actual racha, esos 31 triunfos seguidos, 13 en la Euroliga, a cuatro del récord (17) que pertenece... Sí, exacto, al club de Moscú. Con la de esta tarde (17:45, C+ D), serán 36 las batallas en esta “rivalidad legendaria”. Los blancos se han cruzado más veces con el Maccabi (47), pero nadie les ha ganado tanto como el CSKA: 22 derrotas, incluidas las finales de 1963 y 1969 (la que se jugó en Barcelona con la grada apoyando a los soviéticos en las dos prórrogas), y sólo 13 victorias, entre ellas la que les dio el título en 1965.

Pasado, presente y mucho futuro. El 95% de los mánagers europeos creen que Madrid y CSKA disputarán la Final Four. Hoy pugnan por el liderato del grupo, aunque la derrota en Belgrado la semana pasada añade presión a los rusos. Habrá una ausencia por barba: Hines y Carroll. El Madrid jugó hace un año en Moscú una primera parte horrorosa (44-28, 81-72 al final). El físico imponente de Krstic, Weems y Khryapa, que arrancó como alero, le hizo pupa. Músculo y talento, pero poco rebote ofensivo. Como entonces, Me­ssina tiene su clave: ralentizar el ataque blanco. ¡Qué duelo!

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