La tremenda rivalidad entre el Madrid y el Bayern­, puede que la más enconada entre dos clubes europeos de distintos países, vivirá hoy un nuevo episodio, uno especial, el primero sobre una cancha de baloncesto. Quizá esta noche asistamos al capítulo inicial de un futuro clásico de la canasta. Ambos han subido como la espuma esta temporada.

El Madrid defiende su racha y va a por su victoria número 30 consecutiva. “El mejor equipo del momento fuera de la NBA”, la opinión es unánime. El Bayern muestra ambición y se ha hecho un hueco en el corazón de la gran masa social de la entidad alemana. Prepara el asalto a la Final Four. La cita de Milán, el próximo mayo, le llega algo pronto, pero quién sabe... De momento, el average le sitúa líder del grupo por delante del CSKA y del Real. El título de su Liga parece un objetivo más factible 59 años después del último (ganó dos seguidos, 1954 y 55, y una Copa en 1968, incluso congregó a 40.000 aficionados en un partido a cielo descubierto).

Rivalidad regada con amistad, la de Laso y Pesic. El entrenador blanco manifestó ayer su admiración por el serbio, uno de los grandes técnicos en las tres últimas décadas, el que le dio al Barça la primera Euroliga de su historia en 2003.

El Bayern despliega un juego atractivo, de ritmo elevado (103-105 cayó ante el Olympiacos sin prórroga) y con músculo en el rebote: 40,2 de media, el mejor de la Euroliga. Una plantilla con alemanes reconocibles (Schaffartzik, Hamann, Staiger, Benzing...) y cinco americanos, tres de mucha calidad: Malcolm­ Delaney, referente ofensivo; John Bryant­, pívot pesado al que da gusto ver jugar; y Deon Thompson­, birlado al Alba Berlín (como Djedovic, baja hoy). Habemus­ clásico en ciernes.