Muchos son los aspectos que han cambiado en el mundo de la canasta desde comienzos de la década de los 60 hasta nuestros días. Tal es el caso de la línea de tres puntos, la cual no existía en el curso 1960-1961, en el cual el Real Madrid de Pedro Ferrándiz estableció el mejor inicio de temporada al acumular, de manera consecutiva, 23 victorias. Tal récord ha permanecido inalterable durante casi 53 años, hasta que el propio club blanco (en esta ocasión dirigido por Pablo Laso) aumentó el registro a 24 triunfos tras el cosechado ante el Joventut (68-72) la noche de este viernes en un escenario mítico para los seguidores del baloncesto: el Palau Olímpic de Badalona. El mismo pabellón que acogió los partidos del Dream Team durante los Juegos Olímpicos de 1992.
Si el actual Real Madrid puede continuar aumentando esta cifra -para ello debe conseguir sacar adelante este domingo la visita del Barcelona al Palacio de los Deportes-, su homólogo de hace algo más de medio siglo vio truncada su marcha triunfal en la última jornada del campeonato (la Liga ACB tardaría más de 20 años en aparecer y el campeón se dilucidaba en liga regular) al medirse, precisamente, a La Penya. Fue el domingo 5 de marzo de 1961, y los blancos cayeron por 57-45. Posteriormente, y ya con la Liga Nacional y la Copa de España en el zurrón, en junio de ese mismo año, los blancos vieron como el ASK Riga les arrebataba la posibilidad de lograr la Copa de Europa al caer en las semifinales a doble partido (pese a ganar 78-75 en la ida, sucumbieron con los ahora letones por 66-45 en la vuelta).
Aquel histórico equipo había visto como se habían incorporado ese mismo año a su disciplina históricos jugadores como Emiliano Rodríguez (máximo anotador del equipo en liga con 366 puntos anotados de un total de 1592 convertidos por el equipo a lo largo de los 22 partidos) o Lolo Sainz. Antonio Díaz-Miguel, Carlos Sevillano o los estadounidenses y únicos extranjeros Travis Richard Montgomery, Joseph Sheaff eran otros de los nombres destacados de aquella plantilla, de la que curiosamente formaba parte Pepe Laso, el padre del actual entrenador Pablo Laso, quien antes de dirigir al equipo también fue jugador.
Desde entonces, el récord de las 23 victorias (21 ligueras y dos en Copa de Europa en octavos ante el EK Engelmann austríaco) ha permanecido inalcanzable durante más de cincuenta años, hasta que, empleando como nexo entre épocas el apellido Laso, ha visto como caía en manos de un conjunto que busca rememorar a través de un estilo alegre, vistoso y ofensivo los viejos días de gloria del Madrid de Pedro Ferrándiz.
