El Iberostar Tenerife ahondó en la crisis del Tuenti Estudiantes con una actuación magnífica de su perímetro. Los canarios firmaron una serie de 15 de 28 en triples (53%) que hizo inútil el esfuerzo de los colegiales en los dos últimos cuartos y en la zona Sekulic cumplió a la perfección con el trabajo que le está llevando a ser uno de los mejores jugadores de esta Liga Endesa (7/7 en tiros de dos). El gran partido de Ivanov (32 de valoración) y la resurrección de Kuric (16 puntos) no bastaron ante el martilleó de Rost (5/8), Blanco (3/5) y Richotti (3/5) desde los 6,75. El Estu encaja una media de 9,3 triples por encuentro, casi los mismos que anotan cada jornada los mejores equipos desde esa distancia. Demasiados.

Sekulic tuvo un inicio espectacular. Ocho puntos casi consecutivos (poco más tarde despacharía incluso un triple), para poner al Iberostar 2-11 en un santiamén. Ivanov —hoy por hoy el valor más seguro con el que cuenta el Estu tras la marcha de Nogueira— y Banic dieron la réplica al montenegrino. Pero ante el juego fluido y sin complejos del equipo tinerfeño (11-18 en asistencias), donde varios jugadores aportan (Richotti, Rost, Blanco, Sikma…) y siempre se busca un extra pass letal, los colegiales opusieron movimientos inseguros y espesos en ataque, y sus supuestos anotadores exteriores, Kuric y Miso, llegaron al descanso inéditos. Seis de las últimas ocho canastas del segundo cuarto fueron de tres, un festival que favoreció al Tenerife, perfecto en la circulación de balón (36-48, min. 20).

En el tercer cuarto emergió Kuric, pero el Estu siguió encajando desde los 6,75. Otros cinco triples de seis intentos en diez minutos que hicieron imposible el sueño de la remontada. Y es que ante este Iberostar la voluntad no basta, hay que ganarle con talento (que se lo digan al Madrid). Coraje no le faltó a los de Vidorreta y presionando en cancha contraria se acercaron mucho (78-81, 83-84 y 85-86 en los últimos tres minutos). Pero el Tenerife, anulado finalmente en el perímetro, buscó a Sekulic y a Sikma en la zona y amarró la victoria. Para colmo, Colom extravió el saque de fondo que podría haber dado un último tiro a su equipo.