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La complicada situación de la ACB

La Euroliga empuja a la ACB todavía más hacia el precipicio

No hay méritos ya que Madrid, Barcelona, Baskonia y Unicaja tienen la plaza garantizada en la Euroliga. La Euroliga también es deficitaria: paga sólo 7.000 euros por victoria.

El Real Madrid es uno de los cuatro equipos españoles con licencia A en la Euroliga.

Con unos números que amenazan con el cierre, la ACB necesita una regeneración que, en primer lugar, debe partir de la misma competición. De ahí la ronda de reuniones que se han convocado con clubes, televisiones, patrocinadores e incluso medios de comunicación en una búsqueda sincera del cambio de modelo (de formato de competición, negocio y explotación). El asunto terminará de atacarse con el nombramiento del presidente ejecutivo, cargo para el que suena Alfonso López.

Sin embargo, la ACB ha encontrado un enemigo diabólico que durante tiempo pareció ser un socio: la Euroliga amenaza con liquidar cualquier esperanza de salvación. Primero, porque ha borrado la motivación deportiva de los clubes. Actualmente, la máxima competición europea concede cuatro licencias fijas (Madrid, Barça, Baskonia y Unicaja). Sólo en el caso de que un equipo sea finalista de ACB (Bilbao en 2011) accede por invitación a la Euroliga. Y con matices.

No sólo eso. La Euroliga sigue empujando a la Liga Endesa a un calendario poco deseable que amenaza con ir a peor, ya que la pretensión del director ejecutivo de la Euroliga, Jordi Bertomeu, es que los partidos de la competición que gestiona se disputen en fin de semana (ya se hace en la Champions de balonmano), lo que supondría un golpe de gracia para la ACB. Lo más sorprendente es que la Euroliga tampoco es ningún rey Midas. La victoria se paga a la ridícula cifra de 7.000 euros, lo que provoca que en casi todos los casos sea una competición deficitaria para los clubes. Y los derechos televisivos se deprecian año a año. La salud de la Euroliga tampoco es tan de roble como para ser la ejecutora de la ACB.