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Quien no cumpla bajará

El CSD va a imponer ahora su control económico en la ACB

Las audiencias, el menor ingreso por la televisión y las deudas han obligado al Gobierno a ejecutar en el baloncesto el mismo plan que lleva funcionando año y medio en el fútbol.

Actualizado a
Varios de los presidentes de los clubes, entre ellos Josean Querejeta, a la entrada de la lujosa sede de la ACB en Barcelona.
Rodolfo Molina

El Gobierno quiere expandir su control económico al baloncesto tras haber entrado de lleno en la Liga BBVA de fútbol hace año y medio. La idea inicial fue aprobada por la ACB el pasado 22 de junio de 2011. Sin embargo, no ha sido hasta su última reunión (el pasado 12 de noviembre) cuando se ha acelerado este proyecto de vigilancia con el objetivo de sanear el campeonato, de no arriesgar su funcionamiento con casos como el del Valladolid y de reducir la masa salarial para no gastar más de lo ingresado. Ahora ya no es una simple propuesta. Es una imposición. A diferencia de otras temporadas, quien no cumpla las reglas, descenderá.

La ACB, como la LFP, gestionará este control en el que, a diferencia del fútbol, también incluirá las cuentas de Real Madrid y Barcelona. Mientras, el Consejo Superior de Deportes, con Miguel Cardenal a la cabeza, velará por su cumplimiento. De hecho, ya está pidiendo todas las cuentas de los integrantes de la Liga Endesa. El CSD pretende que la ACB tenga libertad de acción, pero siendo consciente de que tiene una responsabilidad sobre los resultados. En caso de negligencia los dirigentes podrán ser inhabilitados o multados económicamente.

El baloncesto tiene muchos menos ingresos que el fútbol donde recortar pero, aun así, desde la temporada pasada ya se aprobaron medidas para reducir las deudas. Una de ellas fue que a 30 de mayo ningún club podría tener pagos pendientes con su plantilla de más del 15% de la masa salarial. Fue un avance. Ahora, esta mayor severidad se debe a que la ACB está inmersa en una grave crisis y no se quiere poner en peligro el sistema manteniendo los presupuestos actuales (el mayor es del Barça con 28 millones y el menor es el del Valladolid, que no llega al millón). La Euroliga ha pasado de pagar 5 millones de euros a los equipos punteros a 2,8. Las audiencias se han desplomado a valores jamás conocidos (de 1.150.000 espectadores de media en la 96-97 a los 290.000 de ahora). Y, además, y como consecuencia de ese menor interés, han menguado drásticamente los contratos televisivos a repartir (de los 19,2 millones de euros ingresados por la ACB en la 2002-03 a los 2,5 de esta campaña). De ahí tantas urgencias.

Bien visto. El control ha sido bien recibido. “Eso sí, cuatro o cinco equipos no estarían en la ACB”, asegura un directivo de unos de los gallitos. El ejemplo del fútbol gusta, ya que ha rebajado en 90 millones los salarios y en 150 la deuda con Hacienda. Otra cosa es lo que piense el sindicato de jugadores (ABP): mientras la vigilancia a los salarios será férrea (el mínimo de un técnico es de 134.000 euros y unos 52.000 el de los jugadores de más de 26 años), los contratos de los dirigentes, por ejemplo, quedarán fuera de este control aún por arrancar.

La Liga escucha la opinión de técnicos y jugadores

La ACB celebró ayer en el CSD la primera de las tres jornadas de trabajo que ha dispuesto para debatir sobre la competición y sus pautas de crecimiento. Por la mañana, los clubes recabaron las opiniones de entrenadores y jugadores en activo, y por la tarde, intervinieron otros personajes relevantes del mundo de baloncesto. La impresión general es que resulta necesario cambiar el sistema de competición, aunque la mayoría apuesta por mantener los playoffs.