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Real Madrid 103- Anadolu Efes 57

La apisonadora blanca también pasa por encima del Efes

El Madrid consolidó su liderato tras una portentosa exhibición ante los turcos. Sergio Rodríguez dirigió a un equipo que hasta ahora no encuentra rival ni en Europa ni en España.

Felipe Reyes conduce un balón en el partido ante el Efes.
JESUS ALVAREZ ORIHUELADIARIO AS

Desconocemos cómo acabará la temporada, qué botín de trofeos hará suyo el Madrid, pero sí sabemos que cada partido es un triunfo del baloncesto, que este equipo hace autopista al andar. Ha restituido la ilusión de muchísimos aficionados, la de ese hincha de los ochenta que vuelve a seguir los partidos tres décadas después, la de aquel otro que llevó ayer a sus hijos al Palacio para que contaran en el colegio cómo juega este Madrid. No es literatura, sólo un par de casos reales. Acudir al recinto de Goya se ha puesto de moda.

Habría que remontarse a la mejor etapa de Lolo Sainz y de Pedro Ferrándiz para contemplar semejante espectáculo, aunque ahora con muchos más aficionados en la cancha. Fiebre blanca desatada, e irá a más.

El Madrid aplastó de nuevo al enemigo de turno: diez victorias entre Liga Endesa y Euroliga por una media de 28 puntos. Pero no son los resultados los que encandilan, sino el estilo, esa velocidad del ataque, los cambios de ritmo, las diabluras con el balón, la ristra de alley-oops, la seriedad defensiva, la unidad del grupo... También la manera de amenazar con los bajitos cuando enfrente hay un quinteto con cinco gigantes. El Madrid empequeñeció a su rival, pero no a un don nadie. El Efes rozó la Final Four en abril, de la que se soltó en el quinto partido del playoff de cuartos ante el Olympiacos, luego campeón de Europa. El éxito de los de Laso es el triunfo del talento y del trabajo, porque mientras la grada enloquecía con los pases de medio campo de Sergio Rodríguez para que Slaughter se colgara del aro, cualquier entrenador esbozaría una sonrisa de oreja a oreja si su equipo defendiera sólo la mitad que éste.

Y menos mal para los turcos que arrancaron con la lección aprendida, taponando con Erden (ex de los Celtics), frenando las oleadas ofensivas, los contragolpes (17-13); pero no aguantaron demasiado la tensión del pulso. Los blancos le quebraron el brazo a un contrincante que hasta este miércoles andaba octavo en las apuestas al título.

Cada jornada el Madrid avanza otro pasito en defensa, ahora zona, ahora press; pero mantiene intacta la ambición. Si gana por 20, quiere 40 o 50. Ensalzaremos a Sergio Rodríguez y sus 11 asistencias, su control total del partido; la actuación redonda de Bourousis (3 de 3 en triples y 25 de valoración); la perfección de Mirotic; aunque también el trabajo de Slaughter, Draper y Darden, el talento peleón de Reyes, la entrada guerrera de Mejri… El pasado más glorioso siente nostalgia de este Madrid.