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BARCELONA 87 - CB CANARIAS 71

Repóker y subida de nota

El Barcelona sumó su quinto triunfo en ACB y continuó con la mejor dinámica mostrada ante el CSKA. El CB Canarias aguantó hasta el descanso.

Madrid
El Barcelona gana al CB Canarias
El Barcelona gana al CB CanariasMarta PerezEFE

Que el Barcelona gane sin apuros al CB Canarias -8-0 ya en la serie histórica- no debería ser noticia. Pero lo es porque el equipo de un Pascual atribulado andaba en busca de sí mismo en un inicio de temporada en el que ha pasado las de Caín contra Manresa, Gipuzkoa Basket, Joventut o Nanterre, por supuesto. Así que no está de más señalar que esta vez el equipo azulgrana ganó con autoridad y holgura y sobre todo que refrendó la mejoría experimentada en el notable segundo tiempo del viernes ante el CSKA.

Al menos en ataque, el Barcelona jugó un buen partido. Todavía no a un nivel excelente pero sí muy mejorado y sobre todo por fin direccionado. Ya no parece un montón de piezas muy caras desparramadas por el suelo sino que va enseñando planos y andamios: progresa. Circuló bien, jugó fácil y anotó fluido. Y corrigió algunas de sus grandes ausencias de partidos anteriores con pocas pérdidas y buen porcentaje en los tiros libres. Le fallaron otra vez los triples que sí entraron el viernes contra el transatlántico de Messina pero en general el ataque del Barcelona no pareció nudoso ni doliente. No debería ser noticia, pero…

Lo mejor que se lleva el CB Canarias del Palau es el regreso de Juampi Gutiérrez y Levi Rost, dos jugadores que serán fundamentales para un equipo al que dos derrotas seguidas no estropean el brillante inicio de temporada. Su baloncesto es bonito y valiente, todo el mérito para Alejandro Martínez, pero sus mimbres son los que son. Sirven para ser un equipo competitivo y atractivo, no para ganar en casa del Barcelona con un 6/25 en triples. El equipo canario aguantó más de 18 minutos (41-39) de la mano de Saúl Blanco, Sekulic y Richotti, pero a sus mejores minutos en ataque no le acompañó un buen despliegue defensivo y a lo más que llegó fue a intercambiar canastas con un Barcelona lúcido: derrota segura.

En el Barça lo mejor es que los nombres parecen ir encajando por fin en roles. Y eso saca brillo al trabajo hiperenergético de Dorsey o a las labores de intendencia de Todorovic, que se reivindica casi cada vez que tiene minutos, suma en ataque y se asienta como el mejor defensa del equipo sobre el ala-pívot rival. Huertas acapara tiempo de juego y hace suyo el ritmo y el estilo, algo que no siempre ha gustado a Pascual pero que amenaza con convertirse en norma ante el buen momento del brasileño y las penurias ofensivas de Sada. Pullen jugó mucho en el primer cuarto, anotó un triple, no perdió por fin ningún balón… pero no volvió a pista ni cuando el partido se puso ideal para convertirlo en una buena inyección de confianza.

Como ante el CSKA, la mejor noticia en el plano individual fue Navarro, que otra vez dirigió el despegue azulgrana tras el descanso: 60-43 en el minuto 24 y tras un 10-0 apadrinado por el escolta, en sintonía con los hados y, sobre todo y después de mucho tiempo, con frescura física y alegría de movimientos. Y eso, con Lorbek y Oleson en la recámara, mejora exponencialmente las perspectivas para un Barcelona que volvió a comprobar que la pareja Lampe-Tomic es un dolor de muelas para sus compañeros en defensa y un ataque al corazón para el rival en ataque. El croata apenas necesitó 20 minutos para sumar 16 puntos, 7 rebotes y 3 asistencias que pudieron ser algunas más si las muñecas de los exteriores hubieran acompañado.

En menos de 48 horas el Barcelona se ha quitado la mosca de detrás de la oreja. O al menos ha comenzado a hacerlo. Lejos todavía de la excelencia que le exigirán el Real Madrid en España y los de Laso y algunos otros en Europa, empieza a dar pasos en la dirección correcta y a parecer un equipo con cohesión y sentido. Como los nombres están ahí, y asustan, no sería de extrañar que ya hubiéramos visto casi todos los peores partidos del equipo azulgrana en la presente temporada. Cómo de grande será el crecimiento y hasta dónde le alcanzará tendría que ser la cuestión a partir de ahora.