Reyes anota la canasta del año en otra paliza del Madrid: 111-63

Quien haya jugado alguna vez al baloncesto, o a cualquier otro deporte, comprenderá la impotencia que sintió el equipo manresano en el Palacio de Deportes. La Bruixa d’Or tuvo sus momentos, peleó, lo intentó, el base americano Dominic Waters firmó diez puntos en el primer cuarto; pero todo quedó en nada ante el caudal de juego blanco. Mirotic, Sergio, Llull, Mejri… batían a sus pares con la facilidad que da el talento, esa superioridad que abruma al contrario y contra la que menos armas existen.

Una apisonadora en el arte del buen juego, mecánica y creativa a la vez, que dibujó la acción del año. El jugadón. Con 23 puntos arriba y unos segundos para el descanso, el Madrid seguía aplicándose atrás para frenar el último ataque del Manresa. Y lo cortó a falta de cuatro décimas. Debía sacar bajo su canasta, colgar un pase larguísimo y tirar casi sin retener el balón. Pero lo intentó y le salió: sacó Slaughter con pase de béisbol, muy americano, y el balón lo agarró Felipe Reyes a la vez que corría en dirección contraria al aro para lanzar de espaldas a dos manos desde más de siete metros. ¡Triple limpio! Canastón de Telediario.

Esa acción fue el fogonazo que iluminó durante muchos minutos a un Palacio que no se cansó de aplaudir, con agujetas en las manos, robo tras robo, contragolpe tras contragolpe, asistencia tras asistencia. El partido era un correcalles, pero uno con clase: 34 puntos en el tercer cuarto y una actuación imponente de Mirotic, que cogió el carril central y se hartó de anotar (28 puntos, 10 rebotes y 38 de valoración en 22 minutos). Los pases de canasta los servía Rudy (7) y luego Sergio Rodríguez (9). Dani Díez y Mejri habían tenido ya protagonismo en la primera parte, mientras que Bourousis y Draper no salieron hasta la segunda, lo que da idea de la magnitud del arsenal blanco.

El Madrid se gustó, el Palacio lo disfrutó y La Bruixa d'Or pasó hora y media de angustia. El Manresa sólo ganó seis partidos la pasada campaña, pero no descendió. Nadie lo hizo. La paliza entusiasmó a la grada (esto acaba de empezar), pero hay brechas demasiado salvajes para una Liga: 111-63, la victoria más amplia del Madrid en 25 años, y una valoración final de 158-42.