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En la ACB nadie ejerce el mando desde hace casi dos meses

El pasado 18 de septiembre, hace ya 52 días, la ACB decidió destituir a su director ejecutivo, Albert Agustí, y aún no ha elegido un sustituto. El proceso es largo.

ÚLTIMA ELECCIÓN. En noviembre de 2011, la asamblea general de la ACB se reunió para ratificar a Agustí como director general. Veintidós meses después lo despidió.
Rodolfo MolinaDIARIO AS

Casi dos meses después de que los clubes decidieran destituir a su principal dirigente, Albert Agustí­ (18 de septiembre), en la ACB no manda nadie. Sigue descabezada, sin presidente ni director. Y así puede continuar durante bastante más tiempo mientras disminuye el interés de los aficionados por la Liga como refleja, entre otras cosas, la caída de las audiencias televisivas de los partidos.

El pasado martes, la comisión delegada formada por Real Madrid, Barcelona, Unicaja, Baskonia, Valencia, Bilbao, Cajasol y Fuenlabrada, se reunió­ para tratar asuntos de televisión, patrocinadores, calendario... y para discutir sobre el perfil idóneo del futuro presidente ejecutivo, así es como se llamará el nuevo cargo. Se busca una persona con buenas relaciones institucionales; conocimientos sobre el medio audiovisual, márketing y patrocinio; que sepa gestionar momentos de crisis y que pertenezca, a ser posible, al entorno del baloncesto,requisito que no se exigió en su día a Agustí. 

De momento, no hay nombres sobre la mesa, pero podrían aparecer en la asamblea general que tendrá lugar el próximo martes en Barcelona. La comisión presentará su propuesta de perfil y los clubes podrán aportar candidatos si los tienen. Después, se encargará el proceso de selección a una empresa externa. Entre unas cosas y otras podrían pasar varios meses. Para elegir a Agustí, la ACB tardó seis.

Entre tanto, del día a día se encargan el director financiero, Gerard Freixa, y la secretaria general, Esther Queraltó, que están al frente del área de administración e institucional pero no pueden tomar las decisiones más importantes. Los asuntos y problemas que van surgiendo se trasladan a las diferentes comisiones de la Asociación, encargadas de buscar soluciones, pero lo fundamental debe pasar y ser discutido por la asamblea. Un vaivén que lleva su tiempo.
En cuanto a Eduardo Portela, fundador de la ACB y que la dirigió durante 21 años, continúa como presidente de honor, pero sin competencias ni despacho, de hecho ya no se le ve por las oficinas de la Liga. En abril no se le renovará el contrato aunque como deferencia mantendrá su actual título con carácter vitalicio.

En los próximos meses se discutirá sobre un posible cambio de formato de competición  con la intención de aumentar su interés. Pero de momento, no hay nadie para liderarlo.