Hay partidos con épica, de garra, batalla y emoción extrema, y los hay como el de esta jornada en el Palacio. Divertidos, pero de puro trámite. De ir a la oficina con alegría. De cumplir con la clasificación y a la vez con la grada, aunque sin tensión ni incertidumbre. Porque bastó la primera jugada, esa combinación entre Dani Díez, Llull, Mirotic y Bourousis para intuir que el 100-61 de la Supercopa estaba ahí, que sí era referencia aunque no se calcaran los registros.
Pablo Laso volvió a sacar de titular en Liga al canterano Díez (sujetó bien a Mumbrú) y añadió a Draper, reservó a Rudy (algo más tocado de la espalda en los últimos partidos) y dejó que Bourousis se entretuviese a su antojo. Con tiritos, al contragolpe y bajo el aro: 13 puntos y 5 rebotes del pívot griego en ocho minutos para un 23-9. Laso asentía satisfecho; en el banquillo de al lado, Rafa Pueyo padecía en silencio. En menos de siete minutos ya había cambiado a todo el quinteto, poco después daba entrada al undécimo jugador (el americano Carmichael, una gran decepción). Entonces el Bilbao amagó con una zona, aunque quien le hizo crecer fue una individualidad, el letón Bertans: 17 puntos de carrerilla, a punto por minuto (con él se acabaron las rotaciones durante un rato largo).
El Madrid gobernaba sin tiranías, relajado. El ejemplo más gráfico, los tiros libres. Falló ocho de los nueve primeros. Le sobraba con las descargas de Sergio Rodríguez al galope y desde el triple (12 tantos en el segundo cuarto) y con un Felipe Reyes que se ve ya cerca de su mejor nivel tras el primer verano de su carrera sin Selección. El capitán es ahora el 14º máximo encestador de siempre de la ACB tras adelantar al histórico John Pinone. Metió 10 puntos para un total de 6.176, uno más que el recordado pívot del Estudiantes. De propina nos dejó 12 rebotes.
Decíamos que el Madrid mandaba, pero no aturdía. Y así fue hasta el final, sin Rudy y en un día flojo de Carroll (lo arregló en el último sprint) y de Mirotic; pero con un talento que desborda. El de Llull, con sus 8 asistencias, dos triples y un matazo de NBA para cerrar el tercer periodo (65-53). Poco antes Díez completaba su buena labor con cinco puntos seguidos en detrimento de un Darden perdido (otro veterano al que le cuesta arrancar), aunque el americano tuvo una opción de desquite en los mejores momentos del Bilbao Basket (49-41) y la aprovechó. Luego, se torció el tobillo. Nada serio.
La vida sigue igual: el líder se mantiene invicto y el colista sin triunfos, aunque el Bilbao saldrá del pozo. Dejó a los blancos justo en su anotación promedio, esos 92 puntos, pero redujo la brecha habitual: sólo cayó por 17 (92-75) en lugar de los 24,5 de media que firmaban hasta ahora los locales en sus victorias. ¿Quién tumbará al Madrid? Ese es el reto en la Liga Endesa.
