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BILBAO 98-CHARLEROI 71

El Bilbao abusa del Charleroi y sigue invicto en Europa

Gabriel desenredó el partido (11 puntos y 17 de valoración) y Hervelle (17 y 5 rebotes) fue un coloso. Carmichael causó baja por gastroenteritis aguda.

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Roger Grimau intenta penetrar a canasta.
Roger Grimau intenta penetrar a canasta.LUIS TEJIDOEFE

El Bilbao Basket europeo sigue sin fallar. Su liderato de grupo es casi algo hecho tras ir madurando y someter a partir del descanso al Spirou en Miribilla (33-14 en el tercer cuarto). Carmichael no pudo ni ir al pabellón por una gastroenteritis aguda y Kavaliuskas vomitó antes del partido y en el descanso, aunque no quiso faltar a la cita. El resto, con los minutos mucho más repartidos, se apañó muy bien y rozó la centena. Hervelle fue el mejor.

Para el Bilbao la Eurocopa siempre ha estado ahí. El refugio anímico. En los momentos de abundancia, en los de lágrimas y en los de penurias. Miribilla va guardándose el célebre efecto para tardes más importantes: hoy en el recinto de la magia sólo se han reunido 4.700 personas, la peor asistencia de su historia. Da igual. El equipo está decidido a salir de su bloqueo y lo hace metro a metro. Por lo menos, el menor rango de los rivales permite a Pueyo abrir la mano de las rotaciones, y por ahí se cuela un aire fresco que puede dar mucho al equipo para salir de la rutina. Vrkic permite descansar a Mumbrú y Samb no deja de gritar con hechos que está para lo que haga falta.

El Bilbao salió aún con la mente obnubilada por los sucesos amargos de la ACB (y lo que te rondaré, por la visita del domingo al Madrid). Y lo aprovechó el Spirou para labrarse un buen arranque: 4-13 a base de tiros sin puntear y un sinfín de bandejas. Tuvo que esperara el cuadro de Pueyo hasta el minuto catorce para recomponer la velada: empate a 27 después de un triple de Mumbrú. El Chico de Oro clavó otra canasta lejana después para recobrar la ventaja (30-29) cedida desde el 4-2.

El equipo salió mucho más engrasado tras el descanso. Con el triángulo veterano Raúl-Mumbrú-Hervelle a pleno rendimiento, el ataque dejó de ser una tortura, no se concedieron rebotes en aro propio y atrás se amarró mejor los tiros abiertos de los belgas. Gabriel destrozó con su juego al poste la poca resistencia que iba quedando al Spirou, al que se le hizo muy largo el partido (el 89-59 fue el tope de los Hombres de Negro). Bertans tuvo tiempo para encender la esperanza en Bilbao de que hay un nuevo Kostas en potencia. Raúl y Mumbrú al fin tuvieron un encuentro con descanso. Lo agradecerán. Hervelle es el guerrero que no entrega las armas ni con el enemigo muerto. Y Pilepic se reivindicó ligeramente. Con todo ventilado, Pueyo dio cancha a Sergio Sánchez, para deleite de sus paisanos.