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EUROLIGA | BARCELONA 67 - PARTIZAN 60

El Barcelona gana en silencio

Discreto debut del Barcelona en Euroliga ante el joven Partizán, que llegó vivo a los últimos minutos. Huertas, Dorsey y Papanikolau, los mejores del equipo de Pascual.

El Barcelona gana en silencio
JOSEP LAGOAFP

El Partizán sólo ha ganado una vez en el Palau y fue hace más de veinte años, pero acostumbra a hacer sudar al Barcelona. A domicilio y por supuesto en su cubil de Belgrado. La serie histórico está ahora 10-7 y gracias a que los tres últimos triunfos han sido de color azulgrana. Pero los tres ajustados y este último en un partido de perfil muy bajo. El Partizán, con el oasis de su increíble viaje a la Final Four en 2010, no es ya un gallo en el viejo continente y se ha especializado definitivamente equipo nodriza, granja en la que se cría un talento que después se exporta a manos llenas y que, cosas de la globalización, tiene ahora acento francés con Westermann y Lauvergne. El Partizán, con el infaltable Vujosevic al mando, tiene diez jugadores nacidos entre 1990 y 1995 y juega para que todos crezcan y, en toda la extensión del término, para que todos jueguen.

Así que el Partizán, aunque parte con objetivos muy diferentes a los del Barcelona, es un equipo con talento y valentía que juega en Europa sin presión y que apretará hasta donde pueda, que no debería ser demasiado en una pista como el Palau si se encontrara con un Barça simplemente correcto. Pero en lugar de eso se enfrentó a una versión muy pobre del equipo de Pascual y llegó con opciones a los dos últimos minutos (61-56). Mérito serbio y mucho demérito de un Barça todavía en paños menores que al menos ganó un partido que tenía que ganar. Porque esto es sólo el primer partido de la primera fase pero comparte grupo con CSKA y Fenerbahçe y conviene evitar embrollos.

El Barcelona arrasó en valoración (83-49) y forzó 17 pérdidas de un Partizán que sólo tiró 6 tiros libres y repartió 10 asistencias por 21 de su rival. Pero estuvo siempre en el partido (37-38 en el minuto 26, 45-42 en el 31) porque aprovechó las lagunas del Barcelona en el rebote (13 de ataque para un 29-39 total) y anotó lo justo de tres. El Barça ni estuvo atinado por fuera (7/24 en triples) ni firmó una hoja de servicios presentable en el tiro libre (8/19). Sólo solidificó la defensa en un puñado de minutos del último cuarto y para pegar el tirón definitivo y no encontró nunca quintetos que funcionaran de forma integral en los dos lados de la pista. Le está pasando a Pascual en este arranque de temporada. El Barcelona no termina de ser plenamente ofensivo ni estructuralmente defensivo. Los que deberían meter más regalan demasiado atrás y la rueda se mueve con resultados confusos. El partido dejó en mal lugar a un Navarro que tardó mucho en entrar en calor (1/6 en triples) pero también a un Abrines con más fallos que aciertos o a un gélido Nachbar. Todorovic y Hezonja jugaron muy poco y Pullen absolutamente nada.

Así que Pascual tendrá que seguir ajustando un equipo que será mucho mejor en un futuro que todavía está, o eso parece, a unas cuantas semanas vista. Como mínimo. Por ahora no tiene más automatismo que la conexión Huertas-Tomic, y de hecho el brasileño es absolutamente necesario en un ataque demasiado racheado que es mucho mejor con él en pista: 10 puntos y 10 asistencias. Papanikolau falló 5 tiros libres y perdió 3 balones pero casó producción y minutos de calidad y Dorsey volvió a ser la mejor noticia para un Palau sumido en el tedio hasta que el norteamericano puso adrenalina a borbotones. Es tosco y tiene errores groseros en pases y en bandejas fáciles. Pero en defensa es un sistema nervioso en sí mismo y su despliegue físico, y también sus mates, propiciaron los mejores minutos de su equipo, igual que ante el Valencia Basket. Terminó con 8 puntos, 10 rebotes, 3 robos y 3 tapones. Seguramente otros brillen más cuando el Barcelona alcanza un nivel más próximo a su potencial auténtico. Pero este momento de la temporada es terreno Dorsey, infaltable ahora y, si todo va como debe, útil especialista en el futuro.

El Partizán dejó al menos el talento por madurar de Lauvergne o Westermann o la conocida capacidad de Bogdanovic y Milosavljevic. Su lucha por estar en el Top-16 se librará en otras pistas, pero en el Palau dejó algunas pinceladas interesantes en un partido que tuvo muy pocas y que no pasará a la historia. El Barcelona ganó en el inicio de un camino que debería terminar en el Final Four siempre y cuando, claro, juegue muchísimo mejor.