Al deporte lo hace grande su espíritu imprevisible, esos giros del destino que ni el mejor guión de Hollywood es capaz de emular. Y el duelo entre el campeón en su estreno liguero y la cenicienta de la ACB, el Valladolid, se prestaba a algo de eso. Otras veces, sin embargo, el baloncesto sólo es matemática, y ayer en el Palacio, después de que Reyes y Llull ofrecieran a la afición los trofeos de la Liga Endesa y de la Supercopa, repasamos todas las tablas de multiplicar, empezando por la del uno y terminando por la del diez. Cuando se acabó la lección (87-53), el Real Madrid se marchó a casa como el primer líder de esta Liga Endesa. El UCAM Murcia, arriba de la clasificación durante 56 horas, había saboreado el caramelo, pero se lo quitaron de la boca en el último instante. Porque la chicha del partido estuvo más ahí, en ver si el Madrid driblaba a la relajación para firmar un triunfo por más de 20 puntos. En el último cuarto la duda se evaporó: liderato blanco.
Poco se le puede achacar al Valladolid, que aguantó el tipo en el Palacio más de lo que da de sí su presupuesto, que es nada, el más bajo de cualquier club en muchos lustros (apenas 600.000 euros para la plantilla). Los de Ricard Casas aceleraron con el pistoletazo: 7-9. En adelante el Madrid hizo camino a sus anchas y cerró el cuarto con un esclarecedor 26-12. La hinchada merengue se dedicó a jalear a Bourousis, a gritar sus puntos (7 de salida) y a aplaudir su lucha. Ha caído en gracia porque pelea y tiene talento. La gente ve que con él se puede poner fin a la maldición del pívot extranjero. Una carga que pesa sobre el equipo blanco desde que Sabonis volara a la NBA. A Laso le faltaba ese cinco titular, ya lo tiene.
Tras las estrecheces iniciales, el Madrid se dedicó a quemar kilómetros con asistencias (21), tapones (6) y la aportación de todos. Con Rudy, con Mirotic, con alguna buena acción de Dani Díez... con Sergio Rodríguez que se sumó a la fiesta. Dejó que el peso de su calidad quebrara al rival, tanto como reflejó la valoración final, ese escandaloso 128-18. Matemática pura.
