El Barcelona remonta 17 puntos pero se enreda y deja vivo al Valencia Basket, que tuvo el tiro de la victoria sobre la bocina (falló Doellman) en un final de partido esperpéntico.
El Palau abrió temporada ACB con un partido kilométrico. Largo, muchos partidos dentro de uno solo, batidora de sensaciones y desenlace lógico para una sucesión de acontecimientos ilógica. El primer cuarto fue igualado y rítmico, el segundo una exhibición del Valencia, el tercero un banquete del Barcelona y el cuarto una procesión fangosa resuelta en dos minutos finales de vodevil. Dorsey falló bajo el aro, Doellman regaló un par de posesiones y un par de tiros libres y el Barça acabó zozobrando de forma asombrosa en cada saque de banda hasta regalar el último, que propició un tiro final de Doellman sobre la bocina.
Un final raro para un desenlace feo de un partido que fue un tiovivo y que dejó argumentos para todos. Para los que quieran mantener que el Valencia es la gran alternativa a la bipolaridad del puente aéreo y para los que aseguran que pase lo que pase Real Madrid y Barcelona no dejarán para los demás ni el postre. Para los que vean al equipo de Pascual aún descosido y con mucho por resolver y para los que lo consideren un equipo mucho más completo y temible que el de la temporada pasada. Porque hubo de todo en un duelo a ratos muy bueno y a ratos muy malo, en el que los dos equipos tuvieron rachas fantásticas y otras sonrojantes. Y que para llegar en el alambre al último minuto tuvo que pasar del 16-30 del segundo cuarto al 29-14 del tercero. Arriba y abajo, todo agitado. Cosas del arranque de temporada, seguramente.