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Supercopa | BILBAO

Los 'tres mosqueteros' del Bilbao apuntan al Real Madrid

Sólo hay otro trío que ha permanecido junto y con un lustro a sus espaldas, pero no ha sido en la élite y se acaba de disolver: Donaldson, Heras y Rost, en el Canarias.

AMIGOS DE NEGRO. Mumbrú, Raúl López y Hervelle, con un balón en el pabellón de Miribilla.
JUAN FLORDIARIO AS

Los tres mosqueteros siguen caminando juntos. En Bilbao. Amigos de negro en Miribilla. Mumbrú, Raúl López y Hervelle han compartido vestuario durante cinco años, entre Madrid y Bilbao. Y seguirán cabalgando unidos al menos hasta acumular siete campañas, ya que el base y el pívot renovaron por dos temporadas. El alero lo ha hecho por tres y estará siete cursos en Bilbao. Otra vez su camino se cruza con el del Madrid, mañana en semifinales de la Supercopa (19:00, La 1). Llevan tantas batallas que apenas queda melancolía.

Muchos no entendieron cómo Mumbrú cambiaba en 2009 el Madrid por un proyecto aún humilde como el Bilbao Basket. “Me decían: ‘¿Adónde vas?’ ¿Estás loco? Pues a esto que se está viendo, a un proyecto que va a más. Hemos jugado una final ACB, una Final Four europea y otra pelea por el título, de la Eurocopa. Algún día tocará ganar”, expone el alero barcelonés, que acaba de cumplir los 34 y cuando finalice el nuevo contrato tendrá 37. Quería cerrar su carrera en Bilbao y lo hará finalmente.

Orgullo. Sólo hay otro trío que ha permanecido junto y con un lustro a sus espaldas, pero no ha sido en la élite y se acaba de disolver: Donaldson, Heras y Rost, en el Canarias. “Hemos ganado, perdido… ¡Muchas cosas! Estos dos tipos son parte de mi historia; y yo, de la suya. Estoy orgulloso de ello”, confiesa Hervelle, que fue el que más tardó en renovar y acabó siendo decisivo el paso de sus dos amigos y la invitación europea. “Estoy feliz en Bilbao”, explica el racial pívot belga.

Sorprende la atadura de Raúl  con un contrato más o menos largo, ya que todo hacía indicar que seguiría un año y a partir de ahí, decidiría apagar su magia sobre las pistas. Acabará su nuevo contrato con 35 años y ya no se mueve por dinero sino por sensaciones. “Si sigues ahí es porque algo te ata un poco a la ciudad, al club. La intención es seguir disfrutando de esto. Nada hay más bonito que intentar ganar algo con amigos. Nos llevamos muy bien, pero también con la gente del equipo”, dice el base de Vic. Es verdad, con Roger Grimau forman el núcleo duro del vestuario. “Con Álex incluso tengo más recuerdos, porque empezamos juntos en Badalona. Tenemos una amistad que va más allá del baloncesto”, acaba Raúl, que se juntará este año con Germán Gabriel, otro hermano desde la época de los júniors de oro.