El ímpetu del Guipuzkoa se apoderó del Bilbao Basket, que encadenó su segunda derrota seguida de la pretemporada y volvió a mostrar muchas desconexiones. El acierto en el triple de los donostiarras (9/29, a un tiro de los que hizo de dos: 14/30) decantó la balanza. Los Hombres de Negro (1/13 en triples) forman un equipo más largo que el año pasado, pero aún les falta jerarquía. Tras regresar de Eslovenia, jugaron por primera vez este año Gabriel y Mumbrú, y cubrieron algo más de diez minutos. El equipo sigue esperando a Carmichael, al que Doblas ha demostrado que le va a costar aguantar los posteos y giro hacia línea de fondo de los cincos ACB con buen movimiento de pies. Sito Alonso sigue siendo fiel a sus ideas: ha perdido a Vidal, Panko y Baron, su triángulo mágico de hace dos años, pero sigue dilucidando los partidos con bloqueos ciegos, campo muy abierto y el ritmo que marcan sus bases, Neto y Salgado, mezclados en ocasiones. Robinson es el puñal en tiros lejanos o lanzamiento tras bote y se hinchó a anotar o sacar petróleo de las penetraciones, como Neto. 

Hervelle fue el mejor de los bilbaínos. Kavaliauskas forma con el belga una pareja compacta. Carmichael otra vez dio muestras de andar perdido y lanzó dos mates estratosféricos tras balón doblado, pero estará para algo más, se supone. El equipo tirará de los galones de los veteranos nacionales para asentar su juego e ideas. El GBC demostró más hambre: llegó a estar 14 arriba (62-48). Y que está por delante en preparación con un equipo al que le han llegado las piezas en cuentagotas. Pierde recursos y talento, pero gana en esfuerzo colectivo.