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BARCELONA 73 - REAL MADRID 62

El Barça fuerza el quinto partido

Siempre fue por delante en el marcador, remolcado por un fantástico Tomic. Polémica arbitral en los últimos instantes. Navarro se rompió en el tercer cuarto y no volvió.

Actualizado a
Navarro acabó el partido lesionado.
Navarro acabó el partido lesionado.RODOLFO MOLINADIARIO AS

El Barcelona Regal ha llegado donde quería (2-2). Al límite de sus fuerzas, con la duda ahora de Navarro, pero vivo hasta el final, listo para la batalla en un cara o cruz épico que viviremos este miércoles en el Palacio (22:00, La 1). El Madrid sigue siendo el favorito, aunque no podrá quitarse de la cabeza la sensación de oportunidad malograda, la de ayer. Ahora debe ahuyentar fantasmas, los de todas sus finales perdidas, empezando por la del año pasado, que en estos momentos de nervios siempre revolotean, y agarrarse con fe al Palacio, donde no celebra un título desde hace 20 años.

El calorcito aprieta y los de Laso se presentaron en bermudas en el Palau, de paseo, a ver qué ocurría. Salieron a jugar con red, porque en caso de tropezón les quedaba un quinto partido, y esa tranquilidad les abatió. No había que ser Aramís Fuster para saber lo que les aguardaba: un Palau ensordecedor y un Barça enrabietado. Pues, créanselo, les cogió por sorpresa. Antes de acabar el primer cuarto, los azulgrana ya dominaban en aspectos donde hasta ahora se desangraban. Sumaban siete rebotes y nueve tiros de campo más, mientras que Tomic recibía un balón tras otro al poste sin la oposición de un Begic somnoliento. Siete de siete para el croata, 14 puntos, sin que nadie le hiciera una falta. De hecho, la única en los primeros diez minutos, la cometió Llull. El Barça a lo suyo, a avanzar a favor de corriente, tratando de integrar a Lorbek y a Huertas. Fluía, pero no rompía­: 25-17.

En el segundo cuarto volvió la final, lo que entendemos por un partido decisivo. Tensión, chispas, contactos. Pelea, en una palabra. Andaban en cancha Reyes y Slaughter, ¡y vaya si se notó! Tomic añadió sólo un punto y el parcial fue exiguo: 11-15 (34-32). La copa en el aire, y eso que son casi 20 kilos. Al final cayó por su propio peso y el mal juego del Madrid; se quedó en su sitio. Los blancos no le tomaron el pulso al duelo en ningún momento y el Barça escogió el camino de la entrega sin límite con Todorovic y Rabaseda. Por fin le ganó el rebote al Madrid. Apuesta que redobló cuando Navarro hizo crack en una entrada a 13 minutos de terminar (lesión muscular en la pierna derecha). Amagó con volver; estaba roto y no lo hizo, pero con ese gesto, con mantenerse en la recámara, insufló ánimos a los suyos.

Los de Pascual siguieron remando como buenamente podían y, con ocho puntos de un soberbio Mavrokefalidis (61-52), cogieron aire para el postrero embate del Real, que golpeó duro con su defensa zonal presionante: 63-61. Pero hasta ahí alcanzó un Madrid a trompicones, porque ni Sergio ni Rudy tenían su día, ni el resto de sus compañeros la metían en una piscina (3/18 en triples). Con 65-61 y 80 segundos para la bocina, a Tomic se le escapó el balón y los árbitros se lo devolvieron por error. La puntilla, aunque el Barça había hecho más de todo, empezando por la actitud y siguiendo por los rebotes (36 a 23) y las asistencias (15 a 5). El colofón, una técnica a Rudy. Habrá quinto partido, ya con la red de seguridad guardada. Cuarenta y cuatro jornadas después, el título se decidirá en Madrid, a duelo único.