GRAN CANARIA - BARCELONA REGAL
El Barça, del infierno al Clásico
El equipo azulgrana resolvió la semifinal ante un agotado Gran Canaria en un excelente segundo tiempo. El primer partido de la final, el domingo a las 12:40 en el Palacio.
El Gran Canaria se dejó el alma a jirones en el Palau para seguir el ritmo del Barcelona. No se sintió lejos de la victoria pero puso rumbo a su guarida CID con un mortificante 2-0 en la maleta y las piernas bajo mínimos después de un recorrido heroico en playoffs, del Buesa Arena al Palau. Con un equipo que no debería dar para tanto pero que da, precisamente porque es un equipo y porque tiene un excelente entrenador, ha roto en esta temporada para el recuerdo la barrera de cuartos en Copa y Liga. Después de escalar tantas montañas y de devorar al Baskonia en cuartos, nunca pareció saciado en esta semifinal en la que empezó muy cerca y ha acabado muy lejos, sepultado por la lógica. Nadie había remontado nunca un 2-0 en semifinales y no son demasiados los que llegan a forzar siquiera el tercer partido. La ansiedad y el agotamiento combinan en un cóctel que ha devorado a tantos y que también devoró al Gran Canaria, que terminó entre ‘olés’ y en medio de una ovación emocionante. Por estruendosa y por merecida.
Esa es la historia del Gran Canaria. La del partido la dictó un Barcelona experto y concentrado, sin ganas de prolongar una serie que le olió a chamusquina en algunos momentos de los dos primeros partidos. El Barcelona escapó al infierno del CID, la pista en la que había acumulado disgustos en sus últimas visitas y que le esperaba con las uñas más afiladas que nunca tras el polémico 2+1 de Sada que sentenció el segundo partido y, en realidad, las opciones del Gran Canaria de producir otra sorpresa esta histórica. No la hubo y la historia queda para el equipo de Xavi Pascual: consigue lo que nadie había logrado en ACB, jugar siete finales de forma consecutiva, de la mano de un técnico que ha ganado sus seis semifinales con un asombroso parcial de victorias: 16-2.
El Barcelona empezó serio y capeó el último coletazo de un Gran Canaria perfectamente plantado: 16-11, minuto 7. Con experiencia y profundidad, sorteó el peligro y fue escarbando su nicho, palmo a palmo, ante un rival que se quedó primero sin fuerzas y después sin ideas, exhausto y exigido por las excelentes variantes defensivas cartografiadas por Pascual. Doce recuperaciones del Barça, dieciséis pérdidas de un Granca que acabó enlazando malos tiros, sobreviviendo a base de rebotes ofensivos, y rendido finalmente en un tercer cuarto absolutamente desequilibrado (12-22, 9-30 en valoración). La cuarta falta de Toolson en ese penúltimo parcial hizo sonar definitivamente el despertado del equipo canario, que entregó un elocuente 26-45 en el segundo tiempo.
Esa segunda parte del Barcelona fue brillante, un aviso para el Real Madrid de cara a la final. Su 7/10 en triples para un 12/22 total dinamitó el partido. Ingles (4/5 desde la línea de tres, 12 puntos) jugó su mejor partido en meses y Oleson (3/4, 20 puntos) fue el espolón de un ataque galvanizado por Huertas (6 asistencias, 20 colectivas) y rematado por los destellos instrumentales de Navarro y Lorbek. Otro mal día de Tomic fue muy bien disimulado por la aportación de Mavrokefalidis, todo oficio. Desatornillando en defensa la resistencia final del Gran Canaria y anotando con fluidez, el Barcelona cerró el partido (50-68, minuto 34) con la final ya entre ceja y ceja. Defiende título, los dos últimos, y estrena récord: siete seguidas. Clásico a la vista, no va más en la final ACB.