Se juega el primer 'match-ball'

Arrancaremos con dos datos: nadie en la Liga Endesa ha levantado un 2-0 en una eliminatoria a cinco partidos. Y el pasado sábado, en el segundo duelo, el Madrid firmó su cuarta victoria más amplia en los 30 años de historia de los playoffs (+28, 93-65). Según lo anterior, es más que razonable pensar que el equipo blanco se meterá en la final por la vía rápida, sin perder un encuentro en los playoffs. Pero también se puede ofrecer otro apunte: el CAI se clasificó para semifinales ganando dos partidos en 48 horas tras perder por un sonrojante 80-42.

No hay verdad absoluta, aunque queda claro que el CAI sabe levantarse. Quizá por eso José Luis Abós intenta tocarle la fibra sensible a sus jugadores y a la afición maña con aquello de que no sería justo terminar así, con un 3-0: "La temporada ha sido más que extraordinaria, quizá irrepetible, y los jugadores se merecen acabar con un buen sabor de boca".

El Príncipe Felipe verá por primera vez al nuevo CAI, al que se creó en 2002, en una semifinal de la ACB para la que ya no quedan localidades­. Será la tercera vez que el equipo blanco juegue en Zaragoza esta campaña (Supercopa y Liga), y en ambas se llevó el triunfo. De hecho, su balance con el CAI en todos los enfrentamientos directos de la temporada es de 5-0.

Pletóricos. Los de Laso jugaron el sábado, dicho por el técnico, uno de los mejores partidos en el pase de todo el año. La clave estuvo en la circulación del balón que les permitió repartir 25 asistencias y lanzar en buenas posiciones (15/32 en triples). Control del ritmo de juego, tarea para Llompart­ y Van Rossom, los bases, que no han podido brillar como en cuartos.

El rebote es otro talón de Aquiles del CAI, que cuenta con un Pablo Aguilar renqueante (problemas en un pie). Y además tiene que lidiar con un Begic al alza, que jugó en marzo en Zaragoza uno de sus mejores partidos (20 puntos). Las noticias sobre posibles fichajes parecen haberle espoleado.