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BASKONIA 66 - GRAN CANARIA 72

El Granca da el golpe en Vitoria y se medirá al Barça en semifinales

Toolson (27 puntos y 30 de valoración) y Báez fueron los verdugos de un Baskonia Laboral Kutxa que se queda sin pasar de cuartos por primera vez en diez años.

Beirán, Newley y Alvarado celebran el pase a semifinales.
Beirán, Newley y Alvarado celebran el pase a semifinales.David AguilarEFE

Venía bajo sospecha. La tensión en el Buesa Arena era irrespirable. Se pitó a todos. La vorágine que ha presidido la serie Baskonia-Granca estalló en la cara de los vitorianos. El Laboral Kutxa llevaba nueve semifinales seguidas y se dio el gran golpe. Fue por las enormes virtudes del Herbalife, que pasó por primera vez a semis y se verá con el Barcelona. Toolson remató de forma colosal un trabajo colectivo que resulta ejemplar. Báez, soberbio en la defensa y los recursos ofensivos, fue asfaltando la gran sorpresa. Debería estudiar la opción de hacer del Buesa Arena su sede permanente: aquí pasó su primer corte de Copa y alcanzó finalmente la sala de espera de la final. Fin de una etapa en Vitoria: Nemanja, Milko, Cook y bastantes más saldrán tras este rotundo fracaso. A ver qué pasa con Tabak, muy tocado por el repaso que le han dado en los tres partidos.

La novela era muy conocida. El Granca esperaba un ciclón baskonista nada más asomar el salto inicial, pero sacó el paraguas y apenas sintió una leve brisa. Hubo pitos por la debilidad mental del grupo y Nemanja, con dos triples y una canasta de dos para paliar la alarmante falta de anotación, salió a arreglar los desperfectos. El dominio amarillo fue absoluto durante largo tiempo: desde el 2-0 hasta el 33-31 y el tramo final del tercer cuarto, las huellas laboralistas eran imperceptibles.

El Granca empleó el mismo argumento del resto de la serie. Le falta Rey pero sigue y sigue sin parar. Estaba agazapado, jugueteando como un niño con los nervios del rival y salió cara. Tenía un plan y lo siguió a rajatabla, lo contrario que el de enfrente, replegado atrás, tembloroso por la red que le tejía Pedro Martínez y bloqueado en las dos partes de la cancha. Su esfuerzo por que no le sobrepasen o lancen en posiciones cómodas fue un ejercicio de impotencia. Y el problema en el rebote venía derivado por su mente blanda.

Aunque los números desmentían la desigualdad, los intangibles, la sensación sobre la madera sí que constataban una idea: los pío pío’ eran hombres de hierro. Los baskonistas, sin ayudas ni defensa, se morían en el uno contra uno. Cada vez que les metían un bloqueo, el sistema se caía lastimosamente. El balón giraba con comodidad, en ocasiones hasta con cinco jugadores abiertos, y siempre aparecía el tiro fácil. Además, la vigilancia sobre el hombre-balón era contemplativa y algunos disparos venían con mucho aire por medio. Eso hablaba mal del trabajo táctico.

El Laboral Kutxa ha ganado tres de los doce cuartos disputados en la serie ante los insulares. El término ‘fracaso’ se queda corto. Tabak tardó pero vio que el naufragio no se salvaba sin Nocioni. Así que dejó fuera al incisivo Causeur y envió a la épica a El Chapu. El público, viendo que había más pasión en la parte decisiva, se metió en faena en el último acto. Pedro Martínez ordenó una zona 2-3 para cortar la emoción vitoriana. Báez ha hecho un playoff descomunal. En tiros abiertos, el arte del engaño con la finta o el bote y lanzamiento, el pívot de Santo Domingo se comió todo lo que le pusieron delante. Y luego está Toolson, claro, ausente el primer partido, algo que pudo ser determinante, heredero de esa saga de fusileros que formaron en el CID los Klein, English, Carroll y un largo etcétera. Cogió la escopeta en el tramo final y abatió la pieza. El Granca sube puestos y agarra la plaza europea que parecía en manos del Bilbao.