Ha ganado el premio de Endesa a la Actitud Azul y ha sido el jugador más valorado de la Liga, ¿se imaginaba una temporada tan redonda? Nunca lo hubiera pensado. En septiembre el panorama era oscuro, todos nos decían que éramos muy malos, pero ganamos en el Palau y nos creímos que podíamos salvarnos. Y eso que ha habido momentos de duda en el vestuario, de ánimos bajos, con cambios de jugadores, con meses de impagos, sin llegar a ser diez para entrenar... Sin embargo, he completado el mejor año de mi carrera. ¿Cuál ha sido la clave: se ha entrenado más, le ha venido bien tener más protagonismo? Me entreno lo mismo desde que estaba en Badajoz (LEB 2), pero Roberto González me dijo: ‘Nacho eres el capitán, te vamos a dar los galones y espero que me respondas’. Me dio un protagonismo del que carecía y he podido demostrar cosas.¿Los compañeros le miran ahora de otra manera? Sí, me siento más respetado, puedo tomar decisiones y fallar un tiro sin que nadie me lo recrimine y me diga que esa jugada no era para mí. También lo noto en los rivales, incluso en los árbitros. Muchos jugadores de otros equipos han venido a felicitarme por mi año, cuando eso jamás me había ocurrido. ¿Puede contar con los dedos de una mano la ofertas que ha recibido en estos meses? No, necesitaría más de una mano. Soy afortunado, aunque otros veranos no lo fui tanto. No descarto irme al extranjero. ¿Le ha llamado Orenga? Me reuní con él y me dijo que soy uno de los candidatos para entrar en la lista. Mi nombre nunca había sonado para la Selección y sería lo máximo.