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SPURS 105 - GRIZZLIES 83

Los Spurs enseñan los dientes

Exhibición ofensiva y defensiva del equipo de Popovich ante unos Grizzlies que pagaron la novatada en su primer partido en una final de Conferencia. El martes, segundo asalto.

Tony Parker guió a los Spurs hacia la victoria.
Tony Parker guió a los Spurs hacia la victoria.MIKE STONEREUTERS

Los Grizzlies no recordarán con una sonrisa su primera comparecencia en una final del Oeste. Si se trataba de hacerles pagar la novatada, les esperaba el veterano con el colmillo más retorcido, estos Spurs que han jugado doce Finales de Conferencia, siete desde 2001 y seis con Parker, Ginóbili y Duncan juntos en nómina. Los Grizzlies se dieron un costalazo de impresión en el AT&T Center pero esto son los playoffs y el martes se vuelve a jugar. Estos son los playoffs y los Grizzlies conocen sus códigos: abrieron la primera ronda 0-2 ante Clippers y ganaron 4-2. Perdieron el primer partido de semifinales ante los Thunder y sellaron la serie por 4-1. Grit es la palabra mágica, la conjugar del equipo de Tennessee en esta cabalgada heroica. Grit: coraje, agallas, determinación. Lo necesitan más que nunca.

Popovich, uno de los mejores entrenadores de siempre, había desnudado esta final hasta su fundamento más básico: no habría sorpresas, dos equipos muy diferentes tratarían de imponer su estilo y uno se llevaría el gato al agua. El primer partido fue un despliegue descomunal de los Spurs y su estilo. Más de 100 puntos contra la defensa generalmente monstruosa (grit…) de Memphis. Bang. Catorce triples con un porcentaje por encima del 50%. Bang, Bang. Excelente defensa y sinfonía ofensiva con Tony Parker (20 putnos, 9 asistencias) como turbina. Bang, Bang, Bang. Para Memphis el partido fue una tortura desde el inicio: 43-23 mediado el segundo cuarto. Los Spurs les dejaron tomar aire (62-56 superado el ecuador del tercer parcial) sólo para ratificar su autoridad: 82-63 un puñado de minutos después. San Antonio Spurs tiene un nivel en el que nadie salvo Miami puede aspirar a retarle. Si los Grizzlies quieren jugar su primera final de la NBA, tienen que evitar que los tejanos piquen espuelas desde el salto inicial. Esta vez no lo hicieron.

En los dos lados de la cancha

 Memphis no supo leer el ataque coral y venenoso de un rival que desde luego no es ese Durant heroico -solo, sin Westbrook y agotado- de la anterior ronda. A partir de Parker y Duncan, el rodillo funcionó en su versión óptima, la que enlaza puntos en progresión geométrica y encuentra constantes tiros cómodos, una pesadilla en las esquinas para unos Grizzlies que siempre llegaban un paso tarde. 18 puntos y 4/5 en triples para Leonard; 16 y 3/6 para Green y 12 y 4/6 para Bonner. Con esa producción de los secundarios, los Spurs son imbatibles y, otra mala noticia, se pueden permitir dosificar minutos y ahorrar gasolina. Acabaron jugando McGrady, Mills o Blair en un último cuarto lleno de minutos de la basura.

 Pero el verdadero triunfo en la exhibición tejana estuvo en el planteamiento defensivo de Popovich, que acumuló cuerpos en la zona para minimizar a Marc (15 puntos, 7 rebotes) y desquiciar a Randolph: 2 puntos, 1/8 en tiros. Ni Conley ni Allen pudieron con Tony Parker y Memphis nunca impuso su ritmo de bulldozer salvo en el espejismo del tercer cuarto (un 0-10 al que siguió un 11-1, visto y no visto) con Prince subiendo el balón, Bayless de escolta y Pondexter de ejecutor (5 triples, 17 puntos). Hollins movió todas las fichas y reordenó su universo una y mil veces. Para nada. Jugaba contra un equipo mejor que se sintió a salvo desde el principio y que fue capaz de parar a Randolph y Marc con Bonner y Diaw como pareja interior, todo a base de defensa por delante y ayudas de los exteriores. El afilado filo del hacha de Popovich.

 Memphis ha comenzado perdiendo siempre en estos playoffs. Hollins ha demostrado que sabe ajustar y hacer crecer a su equipo a medida que han avanzado las series. Este es el momento porque el reto es gigantesco aunque quizá dentro de 48 horas el panorama no parezca tan oscuro. San Antonio, otro dato para el optimismo, abrió 2-0 la última final del Oeste y la perdió 2-4, con los Thunder en ruta hacia su primera final. Memphis ha perdido de paliza pero sólo ha perdido un partido. La novatada está pagada y todo sigue abierto. Dicen en Estados Unidos que una serie de playoffs no empieza de verdad hasta que un equipo gana fuera de su pista. Así que la solución es mejorar, sin dramas y sin aprensión. Su problema no es que ha perdido este partido, es que en 48 horas tiene que enseñar soluciones ante un rival terrorífico que ha marcado su terreno y ha enviado su mensaje: soy así de bueno, ahora gáname. Si puedes.