REAL MADRID 100 - LAGUN ARO 67
El Madrid descose al Lagun Aro a la espera del Obradoiro
Los de Laso despidieron la Liga regular y se medirán en cuartos de final al equipo gallego. Rudy se llevó una técnica tras ser despreciado por uno de los árbitros.
El Madrid y el Lagun Aro cerraron la Liga regular con un partido del todo insustancial. Líder rotundo y ahora favorito en los playoffs contra penúltimo, pero aún con opciones de salvarse si sólo asciende un club de la Adecco Oro. A ver. Los blancos, por su parte, se enfrentarán en cuartos con el Blusens Monbus Obradoiro de Mejri y compañía, en una eliminatoria que si va por La 1 (este lunes se decide) empezará el próximo viernes.
El partido como tal quedó resuelto en el segundo cuarto con la aparición estelar de Jaycee Carroll, certero y con ganas de borrar en lo que resta de Liga su floja actuación en la Final Four. Sentenció al Joventut el jueves pasado y repitió con el Lagun Aro: 12 puntos en cuatro minutos y al banquillo. No era día para abusar, debió pensar Laso ante su exequipo. Pero el testigo al vuelo lo agarró Rudy y, con dos tiros libres del canterano Hernangómez, que volvía a jugar 17 jornadas después por la baja de Mirotic (un golpe en la rodilla derecha, nada grave), el Madrid alcanzó los 18 tantos de renta (42-24).
No había duelo, sino balsa de aceite hasta que Rudy tropezó y en su caída rozó a uno de los árbitros, Sánchez Mohedas. Este se molestó de manera absurda y despreció al jugador tumbado en el suelo: lo miró y no le tendió la mano para que se levantara, simplemente optó por alejarse. A Rudy le sentó tan mal que se ganó una técnica y tuvo que ser calmado por Laso. Surrealista, aunque sirvió para que la afición encontrara entretenimiento, un blanco de sus iras para ir calentando con vistas al playoff. Todo dentro de la paz y la armonía habitual del Palacio.
Queda claro que lo de esquivar charcos no es una de las virtudes de Rudy, a veces incluso parece que sale a buscarlos con botas de agua para salpicar fuerte, como un niño; no fue el caso esta vez, desde luego no lo pareció. Como en la Final Four, cuando recibió tres faltas seguidas y los árbitros miraron para otro lado. ¿Facturas pendientes? ¿El peso de una mala reputación? Muy probable. Y, mientras, Llull a lo suyo, descosiendo de arriba a abajo al Lagun Aro. El chicle se estiró hasta los 39 puntos (91-52) para acabar en 100-67. Si Darden sacó un notable ante la Penya, en esta ocasión fue Hettsheimeir quien aprovechó para calentar muñeca, para soltarse y decirle a Laso que anda ahí por si hace falta, que tendrá lagunas, pero también talento ofensivo. Fue el último entrenamiento con público antes del playoff.