Final de la Euroliga | Real Madrid - Olympiacos
El viejo trono de Europa espera esta noche al gran Real Madrid
El Real Madrid juega esta noche (21:00 tdp) la final 18 años después ante el mismo rival, el Olympiacos. Los griegos defienden título y los blancos aspiran a la Novena.
Cualquier aficionado madridista que no ronde la treintena no recordará ver en directo a su equipo en una final de la Copa de Europa de baloncesto. Ni rastro en su memoria, por supuesto, de aquel triunfalismo rutinario de las décadas de los sesenta y los setenta, años que elevaron tanto, tantísimo al club blanco en el cajón de mejor equipo de Europa, que aún le mantienen arriba en el palmarés con ocho trofeos. Y eso pese a disputar sólo dos finales en 33 años, dos. La ganada en Zaragoza 95 ante el Olympiacos con Sabonis, Arlauckas, Santos, García Coll y Antúnez en el quinteto, y la de 1985, en El Pireo, en la cancha -y ahí va otro giro del destino- del Olympiacos, donde aún quedan los trozos de un equipo al que Petrovic hizo añicos con la Cibona (36 puntos). Antecedentes que conviene conocer para precisar con exactitud la trascendencia del duelo (21:00, tdp), en la que el Madrid puede inaugurar la vitrina del siglo XXI.
Y no, no le espera Messina y el CSKA de los más de 30 millones de euros, le aguarda el campeón de Europa, que a priori era lo que el Madrid quería, pero ya no se sabe. Los periodistas griegos nos dicen que los de Laso son superiores en talento, pero que los rojos son mejores tácticamente.
Defensa. Aceptamos barco, ya vimos el alarde de Bartzokas anulando a Teodosic y a Krstic con una defensa de armas tomar, con un pívot como Hines (1,96 m y gracias) yendo a las ayudas como un cosaco, desquiciando a torres que le sacan 15 centímetros. El Slaughter de El Pireo. Y en ataque, ¿qué? SPANOULIS, así de visual, con mayúsculas. Poco pelo y barbita, a lo Sergio, porque los genios son así. Es el MVP de esta Euroliga y lleva los partidos escritos en la frente, bote tras bote y mirando con el rabillo del ojo el desajuste: pase letal, tirito o penetración.
Por dentro, pívots currantes y un Antic que abre espacios con su muñeca de seda. Junto a la posición de base-escolta, donde se suman Law y Sloukas, el puesto de alero es el mejor cubierto con Perperoglou y un fuera de serie, Papanikolau (22 años y futuro NBA). Su zurda prodigiosa resultó crucial en el triunfo del pasado año, trabajo que remató Printezis sobre la bocina. El Olympiacos afronta un reto mayúsculo: ser el segundo equipo, tras el Maccabi, que repite título en las últimas 22 temporadas. El desafío blanco es igual de gigante, el regreso, la Novena.