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REAL MADRID 78 - BARÇA REGAL 65

Reyes tira de galones y el Madrid gana la Liga regular

Sentenciaron la primera plaza y tendrán ventaja de cancha en los playoffs. Gran partido del capitán madridista. Tomic y los pívots azulgrana, superados. Faltó Navarro.

El pívot bosnio del Real Madrid Mirza Begic disputa el balón con el pívot croata de FC Barcelona Regal Ante Tomic.
El pívot bosnio del Real Madrid Mirza Begic disputa el balón con el pívot croata de FC Barcelona Regal Ante Tomic.Kote RodrigoEFE

Jornada redonda para el Real Madrid: victoria en el Clásico y primera plaza sentenciada, campeón de la Liga regular por segunda vez en 16 temporadas. Parece poco; lo es. La realidad de la sección en los últimos lustros. Un equipo que ahora repunta y tendrá ventaja de cancha en todos los playoffs, mientras que el Barça ni siquiera se complica la tercera plaza porque el Valencia también cayó y tiene el basket-average ganado con los de Perasovic. También con el Bilbao y con el CAI. El partido cogió brío en el tramo decisivo; pero apenas resultó un aperitivo de la gran batalla del próximo diez de mayo en Londres, en la Final Four. Felipe Reyes tiró de galones: bien en el uno contra uno frente a Lorbek y Tomic, y bien en el rebote ofensivo (18 de su equipo). Anotó 19 puntos y mandó en la zona, como sus compañeros. La pelea en la pintura desniveló el desafío.

El duelo se jugó al ritmo del Panathinaikos, o al del Barça, que viene a ser parecido. Es probable que a los de Pascual no les quedara más opción, con una fatiga notoria en mente y piernas y sin su líder natural, Navarro, el desatascador por excelencia. Con su guía espiritual ausente, el Barça debía abrazarse al colectivo. Porque ni Oleson ni Jasikevicius ni Huertas pueden hacer de La Bomba. Para ser justos, nadie puede, pese a los intentos de Ingles.

En medio de la espesura, de un Clásico de reparto, los azulgrana iban sumando, poco, pero sumaban. Con un Ingles reivindicativo y un Lorbek con tirito, al que no le acompañan las rodillas, el físico. En las distancias cortas es más apreciable, ni su clase lo tapa. En el minuto 8, un elocuente 6-11 resumía el encuentro. El Madrid se atrapaba solito en el emplaste. Le faltaba puntería, ritmo, continuidad. Vigilancia estrecha a Rudy, al perímetro. Con los cambios, el agua se aclaró, empezó a fluir. Los locales tomaban el mando antes del puñetazo en la mesa del capitán, de Reyes. Nueve puntos en seis minutos del segundo cuarto: 26-19 y 33-24 tras un triple de Llull. 

Lo mejor para el Madrid es que Tomic parecía el de antaño, clase infinita aunque sin nervio. El que se cargaba con faltas, fallaba los tiros libres, se le escapaban los balones, los ganchitos... No el pedazo jugador de la actual campaña. Insultado y abucheado por el público, le sobrepasó el ambiente (dos técnicas recibió el Barça por protestar). En general, la mayor movilidad de los interiores blancos, de Slaughter, hizo pupa al rival y lo desangró en el rebote. Sólo Jawai daba destellos de ferocidad. Faltaba Navarro, pero también los triples del Madrid (4 de 18). Hasta que aparecieron Sergio Rodríguez, Rudy, Reyes, Mirotic... Al ritmo del Panathinaikos, aunque con el talento del Madrid, con un parcial final (11-2) de los que escuecen. En doce días, más.