BARCELONA 78-ESTUDIANTES 65
El Barcelona gana a su antojo
El equipo de Pascual, con la mente puesta en el Panathinaikos y sin Navarro, sestea en el primer tiempo y reacciona después. El Estudiantes ve cada vez más lejos los playoffs.

Fue un partido frío, de ausencias. Pero con fondo: el Estudiantes apura sus cada vez más lejanas opciones de playoffs y el Barcelona tiene el aliento del Valencia en la nuca por la tercera plaza. Una lucha menor pero interesante porque el cuarto avanzaría hacia una colisión en semifinales, si todo siguiera un guión normal, ante el Real Madrid. Algo que no quiere el Palau y que seguramente tampoco apetece demasiado en el Palacio.
Asi que había cosas en juego pero pesaron más las ausencias: English y Gabriel en el Estudiantes, Mickeal y los que descansaron (Jasikevicius y sobre todo Navarro) en un Barcelona para el que el partido era un incordio, metido hasta el cuello en la batalla por la Final Four. El jueves recibe al Panathinaikos para lanzar al aire la moneda del quinto partido. Y durante el primer tiempo pareció que eso era todo y que su mente estaba a cuatro días vista de su cuerpo, que penaba por en un Palau contagiado.
Porque fue una historia de dos partidos, uno por tiempo. El primero lo tiró a la basura el Barcelona, el segundo lo ganó con absoluta facilidad. Un coser y cantar que se explica con números: del 22-33 del minuto 19 al 67-53 del 34, un parcial de 45-20 en quince minutos. Del 5-21 de valoración del primer cuarto al 92-59 final. De ¡ocho! pérdidas en el primer cuarto a quince totales de un Barcelona que arrasó en el rebote (39-21, 12-5 en ataque) y firmó un 9/14 en triples en el segundo tiempo. Con sus actuales recursos, el Estudiantes es una barquita que naufragó en cuanto el oleaje se crispó. Marcha 4-9 en la segunda vuelta y desde aquel 88-66 con el que apalizó a un horrible Barcelona para meterse en la Copa que luego ganó… el Barça.
Ha llovido mucho. El equipo de Vidorreta vivió primero de Kuric (10 puntos en el primer cuarto) y luego de una pequeña aparición de Clark y las peleas contra molinos de Granger. Nogueira dejó un par de mates y un tapón para dar un bocadito a los observadores NBA que le dan plaza (entre el veinte y el treinta) en primera ronda del próximo draft.
El Barcelona cumplió en un buen segundo tiempo, en el que anotó 52 puntos (26 en la primera parte, 30 sólo en el tercer cuarto). Recuperó efectivos con el regreso de Rabaseda y Todorovic, piernas frescas para el jueves, y dio unos minutitos a Hezonja. Pero lo mejor fueron las buenas sensaciones de Jawai o Huertas, que fue de menos a más, y sobre todo las constantes vitales de algunos de los que más han sufrido ante el cepo defensivo del Panathinaikos: Ingles se soltó en último cuarto (tres triples, 20 de valoración total) y Lorbek empezó con las malas sensaciones de casi toda la temporada pero remontó en un tercer cuarto en el que sumó diez puntos y recordó a todos, aunque nadie lo ha olvidado, cuánto le necesita el Barcelona y qué decisivo es con confianza y tono físico. Muy buena noticia para la final del jueves, que es en lo que realmente pensaban tanto el Barcelona como el Palau.