El Obradoiro se clasifica para el playoff y se medirá al Madrid

Los relojes se detuvieron en la ciudad santa poco después de las dos y cuarto del mediodía. El Obradoiro, ese mismo club que pasó un calvario por los juzgados para hacer valer sus derechos en la ACB, selló el pasaporte al playoff. El primer gran registro desde la readmisión en la élite del club santiagués. El Fontes do Sar, que alberga oficialmente la mejor afición de España, estalló de júbilo a falta de 54,2 segundos para acabar, con 77-73 en el marcador ante el Bilbao. El éxtasis. Las radios bramaban desde todos los rincones que el Unicaja había perdido en el Palau en otro partido miserable del colectivo de Repesa. Sólo faltaba certificar algo más que previsible en el recinto gallego, el de los sueños. El baloncesto debía una al Blusens desde la Copa del Rey, cuando le esquinaron en el último golpe de riñón, y se lo cobró.

Fue el colofón a una matinal plagada de emociones. Herbalife Gran Canaria cumplió y se agarró a la séptima plaza y el Unicaja parecía decidido a no hacer el ridículo. Ante un Barça de circunstancias (sin Mickeal, Jawai ni Navarro), ni siquiera se puede decir que le consumió la tensión. Lo tenía en su mano y lo dejó pasar. Lo contrario que el Blusens, decidido desde el salto inicial a no dejar pasar la oportunidad. La intensidad fue máxima desde el primer segundo de juego, con una primera jugada que terminó en tapón del próximo pívot madridista Mejri sobre Hervelle y Dewar muy enchufado, con diez puntos en el primer periodo y dos triples tempraneros. El 22-11 cercano al final del primer cuarto, aunque Raúl lo desmintió al final con una canasta marca de la casa para el 22-13, realza ese apunte. La zona bilbaína era un solar (Hamilton fue una madre en defensa) y los triples marcaron diferencias.

El Uxue sacó el orgullo de la mano de los tres magníficos: Hervelle, Mumbrú y Raúl. Grimau completó el grupo de la vieja guardia al aparato, para acercarse en el marcador: 25-24. Katsikaris aparcó a Pilepic por sus problemas defensivos y la rotación se recortó mucho, dadas las ausencias de los lesionados Vasileiadis y Rakovic. Al descanso todo sonreía a los de Moncho Fernández: 45-37 y derrota costasoleña en Barcelona. Para ese momento, Mumbrú se convirtió en histórico en minutos en la ACB, tras superar los 12.000. Es el vigésimo octavo jugador en lograr esa cifra. El 8/15 en triples local contrastaba con el 0/6 vizcaíno. Corbacho, letal desde la distancia larga, se convirtió en el jugador nacional con mayor media de triples anotado por partido en una temporada ACB, superando el récord de Chicho Sibilio (3,2 por partido, 110 en 34 partidos, frente a 3,1 del exazulgrana). A la estela de Oscar Schmidt . El Uxue Bilbao amagó un par de sustos que sembraron el hipo en el Multiusos. Con 77-73 falló un triple Mumbrú. Pero no era cuestión de romper la magia de una afición que rompió a llorar por la primera gran gesta de su nueva historia con los grandes.