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FINAL EUROCUP

Un regreso agotador, primer castigo al Uxue Bilbao Basket

El equipo llegó a Loiu, la localidad donde está el aeropuerto de Bilbao, pasadas las 08.00 horas: nueve horas después de la derrota y sin haber podido descansar apenas.

os jugadores del Uxue Bilbao Basket tras el partido ante el Lokomotiv.
THIERRY ROGEEFE

Un regreso agotador desde el Spiroudome de Charleroi hasta la capital vizcaína ha sido el primer castigo que ha recibido el Uxue Bilbao por su derrota en la final de la Eurocopa, en la que cayó con claridad ante el Lokomotiv Kuban ruso.

El equipo bilbaíno ha llegado esta mañana a Loiu, la localidad donde se encuentra ubicado el aeropuerto de Bilbao, pasadas las 08.00 horas, es decir, unas nueve horas después del final del partido.

En todo ese tiempo, los hombres de negro apenas si han podido dormir más que un ratito en el traslado en autobús desde Charleroi a Bruselas o en el avión desde la capital belga a Bilbao. Dos tramos de una hora y una hora media, aproximadamente, en los que no dio para mucho más que para echar una cabezadita.

Probablemente a ninguno de los jugadores de Fotis Katsikaris les hubiese sido fácil conciliar el sueño tras un encuentro como el de ayer, incluso ganando. Y que todos prefirieran partir cuanto antes hacia casa para gestionar con sus seres más cercanos y al calor del hogar una jornada de emociones de la de ayer.

Aún así, fueron capaces de dar la cara y acercarse a los aficionados en una cena posterior al partido que muchos se imaginaban de fiesta y se tornó en casi un funeral por lo sucedido en el Spiroudome.

Cuando muchos no les esperaban y hasta entendían que no apareciesen por una reunión en la que poco más que rumiar el desencanto se podía hacer, los jugadores del Uxue acudieron a la cena.

Y, curiosamente, nada de reproches. Todos, uno tras otro, según iban llegando, no recibieron más que cariño de unos aficionados compresivos con su estado de ánimo. A muchos de esos seguidores, además, la situación no les cogía de nuevos ya que en poco tiempo, menos de un año, habían vivido un par de ellas igual con el Athletic Club de Bilbao, equipo del que la mayoría son aficionados.

Como el Athletic, el Uxue no fue capaz de competir en un momento cumbre, el de hacer historia. Eso lleva a los seguidores de ambos equipos a reflexionar. Y a pensar por qué una respuesta así en los momentos en los que más han arropado a sus ídolos.

Quizá es eso, la ilusión, la entrega y la capacidad de movilización de la sociedad vizcaína y sus aficionados al fútbol y el baloncesto –estos, unos 2.000 en Bélgica– lo que acabe abrumando  a unos equipos a los que superan las emociones y bloquean los sentimientos en los partidos decisivos.

Y que no hacen sino vivir los regresos a casa como un doloroso castigo que preferirían ahorrarse. Una vuelta a casa que, en esta ocasión, al Uxue se le ha agravado con un continuo deambular durante nueve horas de una noche sin un lecho en el acostar la frustración.