Los Lakers volvieron a hacer el ridículo, esta vez en Milwaukee

En Milwaukee, y por una vez más en esta desastrosa temporada, los Lakers volvieron a hacer el ridículo, especialmente en defensa. Los Milwaukee Bucks azotaron por los cuatro costados a un equipo que da la sensación de haber tirado la toalla y de ir pidiendo las vacaciones sin siquiera apurar las opciones de jugar playoffs. El 113-103 definitivo para los Bucks agrupa para los Lakers 230 puntos encajados en dos noches seguidas, (Minnesota y Milwaukee) a media de 115 aceptados por partido. Esto, sin contar con que la NBA deslegitimó moralmente el triunfo de los Lakers en Minnesota al constatar y comunicar oficialmente que ‘en la última jugada, Ricky Rubio fue objeto de falta por Kobe Bryant (…), Rubio debió tirar tres tiros”.

Los Lakers, que han perdido cuatro de sus cinco últimos partidos, vencían por 28-41 en el minuto 18, pero nuevamente dejaron de defender y permitieron anotar a placer a los veloces bases de los Bucks: Monta Ellis (18 puntos, nueve asistencias) y Brandon Jennings: 20 puntos, siete asistencias. Al descanso ya se llegó con mínima separación de 53-56 para los Lakers, que en el tercer cuarto dieron máximas facilidades para que Larry Sanders jugara el mejor partido de su vida. Con 13 puntos de Sanders en ese tercer cuarto, los Bucks volcaron la noche y pasaron a dominar por 81-73, para cerrar el cuarto en 82.77. Los Lakers hacían ‘AllStar’ a un Sanders que remataría la plusmarca anotadora de su carrera: 21 puntos, además de 13 rebotes. Carentes de defensa en transición y con Pau Gasol (12 puntos y nueve rebotes en 31:53) renqueando claramente del pie derecho, los Lakers permitieron que Ellis, Sanders y Ersan Ilyasova (20 puntos) estoquearan el partido con el 102-92 del minuto 44. No hubo mucho más. Kobe Bryant logró 30 puntos, con 6/17 en tiros y 18/20 desde la personal, pero también emitió hondas señales de cansancio. Kobe se queda a cuatro puntos de alcanzar a Wilt Chamberlain como cuarto anotador total en la historia de la NBA.

Además, los Lakers perdieron 18 balones: total de 39 en dos noches. Steve Nash (16 puntos, seis asistencias) desapareció en el tercer cuarto para no regresar, martirizado por una contractura refleja en los isquiotibiales. Dwight Howard aportó 15 puntos, 15 rebotes, tres tapones… y un horrible 3/10 en tiros libres. Los Bucks dominaron en rebotes (43-40), y, aún peor, en porcentaje de aciertos: fue 48,4% para Milwaukee y 44,2% para unos Lakers que vuelven a jugar el sábado en Sacramento pero que, en balance de 37-36 y aún octavos del Oeste, ya no dependerán de sí mismos para llegar a los playoffs… si a Utah Jazz se le ocurre ganar en Portland: la próxima madrugada.

En Dallas, el buen equipo que es Indiana Pacers echó una manita a los Lakers al poner evidencia a los Mavericks con un rotundo 78-103. La derrota deja a los Mavericks en 35-37 y liquida su rachita de tres victorias. Tras el 41-41 del descanso, un tercer cuarto devastador de los Pacers liquidó la cuestión con parcial de 17-34 en ese cuarto. Los Mavs bajaron los brazos, excepto el gran Dirk Nowitzki: 21 puntos, siete rebotes. Vince Carter adicionó 14 puntos. Los Pacers gobernaron los rebotes con puño de hierro (34-55) y su excelente defensa redujo el ataque de Dallas a un deprimente 38,6% de acierto en tiros de campo, con fatal 3/13 en triples. Los Pacers concretaron el 47,6% de sus tiros, bajo el liderazgo de Paul George (24 puntos, ocho rebotes) y Roy Hibbert: 16 puntos, once rebotes. Tras la sonada derrota, Dallas Mavericks recibe el sábado a Chicago… pero los playoffs están cada vez más caros para los veteranos jugadores que paga el multimillonario Mark Cuban.