BULLS 93 - SIXERS 82
Noche estelar de Joakim Noah
El pívot Joakim Noah protagonizó una gran noche al conseguir un triple-doble y su mejor marca individual en el partido que su equipo de los Bulls ganaron a los Sixers.
Noah aportó 23 puntos, 21 rebotes y 11 tapones, mejor marca como profesional y ayudó a los Bulls (33-25) a romper racha de dos derrotas consecutivas.
El equipo de Chicago se mantiene en el segundo lugar de la División Central a tres juegos de los Pacers de Indiana (36-22), que perdieron en su campo por 91-99 ante Los Ángeles Clippers.
Noah empató la marca de todos los tiempos de los Bulls de tapones para un partido que estableció el legendario Artis Gilmore, en la temporada de 1977.
El ala-pívot Carlos Boozer consiguió también un doble-doble de 21 puntos y 12 rebotes, mientras que el base Kirk Hinrich y el alero sudanés lograron 15 y 12 tantos, respectivamente, y los Bulls completaron la barrida de 3-0 en la serie que han tenido esta temporada contra los Sixers.
El equipo de Filadelfia redujo una desventaja de 16 puntos en el tercer periodo a solo cuatro (75-71) después de un mate que logró el pívot Spence Hawes.
Pero el base Nate Robinson respondió con un tiro en suspensión y un triple después que Noah puso un tapón, el noveno del partido en su cuenta individual, y los Bulls volvieron a ponerse con la ventaja de 80-71.
Noah protagonizó jugada de tres puntos a falta de 4:32 minutos para concluir el tiempo reglamentario y el equipo de Chicago incrementó la ventaja por encima de los 10 tantos (83-71) que les aseguró la victoria.
El base Jrue Holiday lideró a los Sixers al conseguir 22 puntos, pero repartió solo tres asistencias y el equipo de Filadelfia perdió el séptimo partido consecutivo, la peor racha en lo que va de temporada.
Hawes logró un doble-doble de 20 puntos y 15 rebotes, mientras que el escolta-alero Evan Turner llegó a los 12 tantos, que tampoco impidieron la derrota de los Sixers, que estableció la peor racha perdedora en lo que va de temporada.
El entrenador Doug Collins podría tener los días contados al frente de los Sixers si el equipo no cambia la inercia perdedora y sobre todo no mejora en su juego.