REAL MADRID 87 - VALLADOLID 75
Llull quiebra el aguante de un loable Valladolid
Día y medio después de la batalla de Atenas, el Madrid cumplió en la oficina ante el Blancos de Rueda Valladolid. Con 75-73, Sergio Llull rompió la incertidumbre.
Para un equipo grande hay días de gloria y otros en los que basta con llegar puntual a la oficina y cumplir. Los blancos no tenían el cuerpo para virguerías tras la batalla de Atenas el viernes por la noche. Pero ganaron, que no resulta fácil después de lucir en Europa. Que le pregunten al Barça y al Unicaja. Y lo hicieron, eso sí, sólo al final, en los últimos tres minutos (75-73), por superioridad evidente sobre el Blancos de Rueda, por el talento de Sergio Llull, que remató una muy buena actuación (21 puntos) con dos entradas que agotaron la resistencia visitante.
En los últimos meses, los de Laso han añadido una nueva habilidad a su repertorio: manejar con soltura los finales ajustados. En lo que va de campaña sólo se les ha escapado un duelo en el último minuto, ante el Khimki, en una jugada casi perfecta en la que a Rudy únicamente le faltó meterla. Lo demás, triunfos, de mil maneras, pero triunfos. Con defensa en Atenas; con un triple de Llull para dinamitar al Valencia; con Sergio repitiendo, aunque con más suspense, ante el Zalgiris; con un mate de Mirotic frente al Baskonia en la prórroga... Ahí, cuando quema el balón, el Madrid se siente a gusto, confiado, el hábitat de muchos de sus jugadores. "Hay talento -explica Laso-, pero también un trabajo previo de desgaste del rival". Que el Real tuviera que romper en la volata añade mérito al Valladolid, que recuperó al mejor Mohammed. El Blancos de Rueda lanzó bien y apretó a los tiradores blancos (4 de 20 en triples), aunque Reyes compensó en parte esos errores con sus rebotes ofensivos. "¡Felipe, Felipe!", coreó el Palacio. Tremendo. A la espera ya de Messina y su CSKA. Este jueves.