Baloncesto | NBA
La mudanza a Brooklyn pone de moda a los Nets
Nueva York es la ciudad del baloncesto y los Knicks son el equipo de Nueva York. Al menos, hasta ahora. Los Nets se han mudado a Brooklyn con suficiente dinero, estilo y equipo (Deron Williams, al frente) como para pelear por el trono de la Gran Manzana.
Brooklyn se ha convertido en el nombre más popular del momento en la NBA. Los Nets debutaron (ganaron un amistoso 98-88 a Washington) en su nueva casa en el popular barrio neoyorquino: el Barclays Center que, con capacidad para 17.732 espectadores, es el más moderno pabellón y complejo de ocio de la Gran Manzana. Su nueva camiseta es ya la segunda más vendida de la NBA tras la de los Lakers, y han devuelto a Brooklyn un equipo profesional, algo que no tenía desde que los Dodgers de béisbol dieron la espantada y se fueron a Los Ángeles en 1957.
Un adiós que muchos no han podido aceptar todavía en el barrio donde hace 70 años nació Barbra Streisand. La zona acoge ahora a veinteañeros recién independizados, familias que huyen de las estrecheces de Manhattan, italianos de aspecto duro, judíos ortodoxos que pasean a toda prisa y afroamericanos que se admiran del cambio radical de sus calles. El barrio, inmenso con 2,5 millones de habitantes, vive un revival gracias a una inversión privada de 5.000 millones de dólares en los Brooklyn Yard; mil de ellos dedicados a edificar el Barclays Center, que llenó dos veces la Streisand la semana pasada.
Ambición.
El ruso Mikhail Prokhorov, asociado con el rapero Jay-Z, le ha cambiado la cara a la franquicia tras sacarla del empobrecido Newark, en Nueva Jersey: cuidado de cada detalle y diseño sobrio y moderno. Ahora, ya en Brooklyn, con sus puentes, sus cantantes famosos y sus variopintos vecinos, pretende discutirle a los Knicks la hegemonía de la ciudad. Por plantilla, puede lograrlo y el inicio es alentador.