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liga endesa |real madrid 76 - caja laboral 69

El Real Madrid sigue en pie

La profundidad de plantilla, determinante para un Real Madrid que no aseguró el triunfo hasta los minutos finales. Caja Laboral acabó desfondado. Emergió Felipe y Sergio volvió a brillar.

<strong>EL REAL MADRID, A LA FINAL.</strong>
EL REAL MADRID, A LA FINAL.

Números: 17, 3, 3, -2 y 21. No es la combinación que abre la caja fuerte de la final pero sí la que explica mucho de lo que ha sucedido en una serie que ha sido puro playoff, un saludo para los que desconfían de este sistema de competición que es puro baloncesto. Los números, vuelvo a ellos, responden a las cifras de valoración de Felipe Reyes en los cinco partidos de la final. En los cuatro primeros partidos sumó 21 en total, la misma cifra que en el quinto (12 puntos, 9 rebotes, 7 faltas recibidas). Se trata por lo tanto de profundidad de plantilla, del volumen de infantería e intendencia que se puede lanzar sobre el rival. El Real Madrid tuvo mucho más y así encontró la escapatoria al laberinto que había planteado Ivanovic. Felipe no fue fundamental otros días, hoy sí. Carroll acabó siendo importante en la mano final de la última partida. Mirotic apareció a tiempo y hasta Pocius aportó minutos de especialista. Velickovic, héroe de la serie (hoy más puntos trascendentales) vio el tramo decisivo en el banquillo. Sí: el Real Madrid tenía mucho más.

Sigamos con el juego de espejos de los números: 20 es la valoración total de San Emeterio en toda la serie. De héroe habitual a sospechoso por culpa de un precario estado físico. Teletovic, otro que era necesario en esta última instancia, sólo dio su nivel en el primer cuarto. Después nada, bien defendido por... Felipe Reyes. Caja Laboral murió con las botas puestas y dejó la sensación de que tenía un plan y unos mimbres... que no daban para 40 minutos. En el quinto partido cerró el rebote y corrigió su ataque mientras formó con la guardia pretoriana (Prigioni, Nocioni, Lampe...). Pero volvió a perder el hilo con Heurtel (calamitosa semifinal) al timón y volvió a terminar desfondado. Cuando perdió la paciencia dejó correr al Real Madrid. Y entonces bajó su eficacia defensiva y a continuación comenzó a fallar demasiados tiros... todo cuando se rompió el guión que Ivanovic dibuja y al que Prigioni da forma. El Real Madrid cogió un rebote ofensivo en tres cuartos y 5, determinantes, en el último. Anotó 3 triples en el primer tiempo y 7 en el segundo... Sí, el Real Madrid supo jugar mejor los minutos calientes. Pero sí, influyó la falta de oxígeno final de un Caja Laboral que sobrevivió cuatro partidos, tres cuartos y más de 35 minutos: 59-59 a 350 segundos del final...

El Real Madrid, lo ha hecho en sus tres triunfos de la serie, corrigió sobre la marcha un inicio gélido: 14-24 en un primer cuarto en el que Ivanovic cambió la pizarra ofensiva con Nocioni pegando como un búfalo y Teletovic picando como una avispa. Disimuló un día intrascendente de Suárez o Singler, otro partido descorazonador de Tomic y hasta un día obtuso de Llull, que cojeó en la lectura del juego en estático. Pablo Laso supo ser flexible, barajar y repartir hasta encontrar la jugada ganadora: un quinteto bajo con Sergio, Llull, Carroll, Mirotic y Felipe. Sin Velickovic, sin sus dos pívots puros, sin sus dos aleros altos. Intensidad y movilidad en defensa, recursos en estático, segundas opciones al zurrón... y Sergio Rodríguez. El canario hubiera firmado seguir jugando esta semifinal. A siete partidos, a nueve, más allá... En el quinto 9 puntos, 8 asistencias y sus mejores minutos defensivos en mucho, muchísimo tiempo. Clarividente en estático, elástico en transición y con la puntería a prueba de bombas.

El partido fue un viaje de sensaciones que comprimió lo que ha sido toda la semifinal, cinco partidos en los que cada metro ganado era una cabeza de puente, un pedazo de terreno que ya no recuperaba el enemigo. Del 12-32 de valoración del primer cuarto al 37-5 del segundo. El Real Madrid por detrás muchos minutos midiendo la distancia, agazapado y calculando el momento, un depredador que venció a la presión, al miedo al fracaso (desde el volcánico tercer partido) y a un rival tremendo que no cayó a la lona hasta que se escapó la última fuerza, el último tiro desesperado (74-65 en ruta hacia un final ya inamovible). El Real Madrid vuelve a la final y la ACB recupera el Barcelona-Real Madrid cinco años después y en un momento de enorme necesidad por tantas y tantas razones. Lo mejor es que llega henchido, orgulloso y con una rotación más profunda que antes de los playoffs. Cuestión de momentos de forma y confianza. Falta le hará porque si esta semifinal ha sido una batalla la final promete aunar las Termópilas, Waterloo y Normandía. Del Palau al Palacio y por el camino, esperemos, baloncesto. Toneladas de baloncesto.