Liga Endesa | Asefa Estudiantes 80 - UCAM Murcia 86
Desciende el Estu
El partido más dramático de la última jornada liguera deparó el histórico descenso del Estudiantes. Sólo podía quedar uno y fue el Murcia el que mantuvo su plaza. Lo hizo ganando, sin favores de terceros. La Demencia abroncó a la directiva colegial.
El Estudiantes llevaba varias temporadas flirteando con el desastre y ayer cayó en la histórica deshonra (pase lo que pase en los despachos) de un descenso deportivo que jamás había sufrido desde que inició su andadura en la Liga española, en 1957. Muchos años entre los mejores, con cuatro segundos puestos -el último en la 2003-04, cuando le disputó con bravura la final al Barça-, para caer ahora al abismo de la forma más dramática: en el último partido, en un Palacio repleto y teñido de azul, y ante un rival, el Murcia, que sí que supo mantener su plaza ACB y lo hizo con brillantez y sin favores, ganando. No obstante, le hubiera dado igual perder, porque el Fuenlabrada y el CAI cayeron y eso hacía inútil el milagro colegial. De nada hubiera servido una victoria de paliza que nunca estuvo suficientemente cerca de producirse.
Al final de un buen partido, justo es decirlo, llegaron las lágrimas de canteranos como Clark, la amargura de un histórico como Jiménez, que deja el baloncesto dolido pero orgulloso tras haber apurado su grandeza hasta el último suspiro, y la infinita tristeza de todos los que trabajan día a día por y para una entidad tan emblemática. También se desbordó la ira de la Demencia contra sus rectores -al grito de "directiva, dimisión"-, que deben reflexionar y mucho sobre los motivos que han llevado al Estu al imparable declive que ya se hizo evidente en 2008, cuando el club se libró por los pelos del descenso que ahora no ha sabido evitar. Nada puede decirse en contra del compromiso de Poch y sus jugadores en el tramo final, de hecho la afición colegial hizo que volvieran a la pista, ya derrotados, para mostrarles su cariño. Pero ya era tarde, las cosas se habían hecho mal. Fichajes desatinados, apática dirección del entrenador que empezó la temporada, Pepu Hernández, y parches como las llegadas de De la Fuente, Lofton, Kirksay (estos tres positivos), Willie Deane (intrascendente) y Louis Bullock (muy tardío).
Soluciones. El Murcia subsanó sus errores recurriendo a Quintana y con los fichajes de Udoka (pocos le discutirán ya) y Douby, que ayer, junto a Augustine y Miso -no hay peor cuña que la de la propia madera- echaron varias paladas de tierra sobre la tumba del Estu. Supieron sufrir (62-51, min. 26) y no cayeron en la trampa de la prorroga que buscaba su rival a lo Ferrándiz. Y, ellos sí, se quedan en la élite por méritos propios.