BLANCOS DE RUEDA 81 - BLUSENS MONBUS 75
El Blancos de Rueda saca su orgullo ante el Blusens
El partido se decidió en un último cuarto en el que los vallisoletanos jugaron con las ideas claras y muy organizados, a pesar de que los gallegos nunca bajaron los brazos.
Ambos equipos salieron muy enchufados, sobre todo el Blusens, que trató de hacerse con el control del partido desde el inicio, gracias a la buena dirección de Rodríguez y al acierto de jugadores como Lasme o Bulfoni, que pidió su protagonismo desde el exterior, si bien fue bien replicado en esta faceta por el local Uriz.
Esa lucha sin cuartel, en el caso del Blancos de Rueda por conservar su dignidad hasta el final de la temporada, se tradujo en un marcador equilibrado, aunque la precipitación en algunos lanzamientos de los locales permitió al Obradoiro terminar el primer cuarto con una pequeña ventaja en el marcador (18-20).
Los gallegos apretaron aún más en defensa, lo que impidió a los vallisoletanos jugar con comodidad y que, unido a la efectividad de Bulfoni desde la línea de 6,75, trajo consigo el incremento paulatino de la renta visitante, que llegó a los diez puntos (25-35), en el minuto 16.
Roberto González solicitó un tiempo muerto y aprovechó para volver a sacar a la pista a Nacho Martín, con el fin de dar mayor consistencia al juego interior, potenciando la faceta reboteadora, y abrir espacios hacia el exterior, lo que se consiguió con éxito, ya que los vallisoletanos endosaron un parcial de 8-0, que apretó el resultado (35-37).
Dos puntos que se mantendrían hasta llegar al descanso (36-38) y que dejaban abiertas las puertas a la esperanza para el cuadro vallisoletano.
El Blancos de Rueda desplegó todas sus armas tras la reanudación y, merced al buen trabajo colectivo, establecieron un nuevo parcial de 11-2 para tomar las riendas del partido (47-40). Pero el tiempo muerto solicitado por Moncho Fernández despertó a Kendall y el Blusens recortó distancias (48-47).
Mas el Blancos de Rueda supo hacer frente a la presión impuesta por el conjunto gallego, con un Uriz muy centrado en la dirección del juego y, gracias a una buena defensa, consiguió aguantar el empuje visitante y mantener la ventaja al final del tercer cuarto (57-52).
Los fallos garrafales de Udrih, que había sustituido a Uriz, fueron contrarrestados por el acierto de Isaac López y de Nacho Martín desde el exterior, lo que permitió a los locales mantenerse por delante en el electrónico (73-65), a falta de cuatro minutos para la conclusión.
El técnico visitante pidió un nuevo receso, que sirvió para frenar el arrojo de los vallisoletanos (73-70), por lo que tuvo que ser Roberto González el que solicitara otro tiempo muerto para devolver la confianza a sus jugadores, como así sucedió, ya que el Blancos de Rueda echó el resto y, con el buen trabajo de todo el equipo, logró la victoria (81-75).